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Club rotario filipino transporta a los trabajadores de la salud de primera línea que luchan contra el coronavirus

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La COVID-19 fuerza el cierre del transporte público en Manila. Los rotarios ponen a disposición de los trabajadores de hospitales y laboratorios furgones y alojamiento.

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No pasó mucho tiempo para que los socios del Club Rotario de Makati West tomaran acción una vez que el mortal coronavirus afectara al país. Poco después de que el gobierno local anunciara el primer caso de COVID-19 en enero, el Club Rotario de Makati City (Filipinas), convocó una serie de reuniones de emergencia para reunir rápidamente recursos y ayuda directa.

"La pandemia fue un grito de guerra para nuestro club", dice el presidente del club, Enrico Tensuan. "Somos Rotary, y con eso viene la solución de problemas. Centramos nuestros esfuerzos en cómo llevar ayuda inmediata a los trabajadores de la salud de primera línea". El aumento de los casos de COVID-19, la enfermedad causada por el coronavirus, hizo que el gobierno ordenara el confinamiento a partir del 15 de marzo. En la isla de Luzón, donde vive la mitad de la población de Filipinas, la nueva norma provocó el cierre de la mayoría de los negocios y del transporte público.

Como resultado, muchos trabajadores de la salud y otros empleados esenciales se enfrentaron a desalentadores desplazamientos a sus trabajos. Ellos debían caminar hasta dos horas en cada sentido, dice Tensuan.

En momentos como este, incluso el más pequeño de los gestos puede marcar una gran diferencia.


En respuesta a la necesidad del transporte seguro, el socio del club Elmer Francisco, jefe ejecutivo y presidente de Francisco Motor Corp. y 1111 Empire Inc., que fabrica jeeps y otros vehículos, donó 10 furgones para transportar a los trabajadores de la salud de primera línea a los hospitales de Makati y sus alrededores y a la capital, Manila. Francisco coordinó con los funcionarios del Departamento de Transporte la obtención de los permisos para operar la flota y planificar las rutas más convenientes para los conductores.

Desde marzo, los furgones, que transportan hasta 30 pasajeros cada uno, funcionan las 24 horas del día desde cuatro puntos de recogida designados y hospitales locales, entre ellos el Hospital General de Filipinas, uno de los mayores centros de atención de salud del país.

El club pagó el combustible, y los socios repartieron bocadillos a los pasajeros exhaustos. Además, la iniciativa pagó los salarios de 17 conductores, todos los cuales habían perdido temporalmente sus trabajos debido al cierre del transporte público. El club espera que el proyecto funcione al menos hasta finales de mayo.

"La dedicación de estos trabajadores de primera línea y nuestros conductores es impresionante", dice Francisco. "Caminar dos horas en cada dirección es simplemente implacable. Ya están arriesgando sus vidas luchando contra la COVID-19. Era necesario hacer esto para mantenerlos a salvo".

  1. Los trabajadores de los hospitales de Filipinas se trasladan gratuitamente al trabajo gracias a una iniciativa del Club Rotario de Makati West (Filipinas).

  2. Uno de los conductores del transporte carga combustible en una camioneta proporcionada por el Club Rotario de Makati West (Filipinas). El club pagó el combustible y el salario de más de una docena de conductores.

  3. El Club Rotario de Makati West ( Filipinas) y su socio Elmer Francisco donaron más de 10 furgones para transportar de manera gratuita a los trabajadores de la salud de primera línea en Manilia y sus alrededores.

Luego de proporcionar alojamiento cerca de su trabajo a los empleados del laboratorio, los socios del Club Rotario de Makati West también proporcionaron alojamiento a los profesionales médicos. Ayudaron a asegurar 30 días de alojamiento en moteles de la zona para casi 50 técnicos de laboratorio y trabajadores del Instituto de Investigación de Medicina Tropical, que lleva a cabo las pruebas de COVID-19. Los empleados trabajan largas horas y las instalaciones cercanas proporcionan un alivio muy necesario, dice Tensuan.

El club planeó pagar el costo de las habitaciones, pero los funcionarios locales, inspirados por las acciones del club, financiaron la estancia de los trabajadores durante un mes. Los socios prepararon bolsas de artículos de aseo y bocadillos para los trabajadores del instituto y los empleados del motel. "Eran bolsas pequeñas con pocas cosas, pero traían grandes sonrisas. En momentos como este, incluso el más pequeño de los gestos puede marcar una gran diferencia", dice Tensuan.

El club también recaudó fondos para "Fashion for Frontliners", una iniciativa de un grupo de diseñadores de moda de Filipinas que han producido miles de artículos de equipo de protección personal (EPP) muy necesarios para los trabajadores de los hospitales. Asimismo, los socios del club han donado miles de dólares en EPP, incluidas mascarillas, guantes y batas, utilizando la flota de vehículos de Francisco para llevar el equipo a los hospitales. Tensuan, quien alquila propiedades, donó personalmente tres lavadoras al Hospital General de Filipinas para que los trabajadores puedan lavar su ropa y el EPP.

"Estoy orgulloso de cómo nuestro club ha respondido hasta ahora", dice Tensuan. "Pero tenemos un largo camino por recorrer. Mientras el virus sea una amenaza, utilizaremos los recursos de nuestro club ".