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Médicos jubilados en Finlandia vacunan a miles de personas contra la COVID-19

La directora de RI junto al asesor nacional de promoción de PolioPlus son responsables de aproximadamente el 50 % de las vacunaciones en su región

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Cuando a principios de enero empezaron a circular en Finlandia las noticias de que las vacunas contra la COVID-19 podrían aprobarse pronto, las autoridades sanitarias del país advirtieron a un público entusiasmado de que llevaría tiempo distribuir el suministro de vacunas y capacitar a suficientes personas para administrarlas.

Los médicos jubilados Matti y Virpi Honkala se enteraron de la posible escasez de vacunadores y se pusieron en contacto con el director médico de su región para ofrecer sus servicios en Raahe y sus alrededores.

"Había una gran expectativa y todo el mundo quería ponerse en marcha de inmediato", dice Virpi, directora de Rotary International y socia del Club Rotario de Raahe, quien anteriormente trabajó como cirujana y directora médica. Su marido, Matti, asesor nacional de PolioPlus en Finlandia y socio del Club Rotario de Pietari Brahe, se desempeñó como director de medicina interna. Ambos continúan teniendo licencia para ejercer la medicina.

"Sabíamos que si no habían suficientes vacunadores, tendrían que sacar a gente de sus otras tareas, y entonces esos servicios quedarían suspendidos", dice Virpi. "Sabíamos que podíamos intervenir donde fuera necesario".

  • 5000.00

    dosis de la vacuna contra la COVID-19 administradas por Virpi y Matti Honkalas

  • 25.00%

    población de la región de Raahe que había recibido al menos una dosis de vacuna a fines de abril

  • -70.00°C

    temperatura de conservación recomendada para la vacuna de Pfizer contra la COVID-19

Tanto Virpi como Matti tienen experiencia en la gestión de campañas de vacunación. Durante el brote de H1N1 (también conocido como gripe porcina) de 2009, supervisaron la inoculación de casi 1000 trabajadores sanitarios antes de la vacunación masiva de la población general.

"Llevamos algunos años jubilados, pero todavía sabemos cómo vacunar a la gente", dice Virpi.

Vacunadores ávidos

A fines de abril, los Honkalas habían vacunado a más de 5000 personas en Raahe y en dos municipios más pequeños de los alrededores, lo que supone aproximadamente la mitad de las vacunaciones de su región, según las estimaciones de Virpi.

En estas tres comunidades, aproximadamente una cuarta parte de las personas, incluidas casi todas las de 75 años o más, han recibido una primera dosis de la vacuna. Los mayores de 60 años pudieron pedir cita a partir de mayo.

"Dos vacunadores ávidos pueden hacer mucho", dice Matti.

La gente se ha entusiasmado y se siente aliviada por el suministro de la vacuna. "Están contentos", añade Virpi. "Y están muy agradecidos".

Virpi quería que sus clubes rotarios participaran en la labor, y Matti quería promover la importancia de las vacunas.

"Dijimos que este podría ser nuestro proyecto rotario, y un proyecto para nuestra comunidad", dice Virpi. "Sabemos lo dispuestos que están los socios de Rotary a promover la vacunación, ya sea contra la COVID-19 o la polio".

Los socios de ambos clubes rotarios se ofrecieron para acompañar a las personas y a estacionar los vehículos en los lugares de vacunación. Los socios del club rotario desempeñaron un papel crucial dirigiendo a la gente dentro y fuera de una escuela que se convirtió en un centro de vacunación. Virpi afirma que los miembros del personal estaban encantados de contar con la ayuda, porque la disposición de la escuela era más complicada que la de otros lugares de vacunación.

Estrategia de vacunación

El Ministerio de Salud de Finlandia establece la estrategia de vacunación del país. La vacuna de Pfizer, la primera que estuvo disponible en Finlandia, se debe conservar a unos -70°C, por lo que hay que mantener una cadena de frío para que las dosis continúen siendo eficaces.

Las dosis de vacunas se empaquetan en grandes contenedores llenos de hielo seco y se transportan por avión desde una fábrica farmacéutica hasta Helsinki, la capital de Finlandia. Luego las dosis se distribuyen a las regiones en función de su población y sus necesidades. El director médico y el personal de enfermería de cada región programan las citas de vacunación a medida que las dosis están disponibles, y los hospitales universitarios distribuyen los lotes de vacunas a los municipios. Las vacunas de la región de Raahe proceden de un hospital universitario situado a unos 75 km.

A principios de enero, los Honkalas vacunaban principalmente a los trabajadores sanitarios de primera línea. Luego, en febrero, asistieron la vacunación en residencias de ancianos y comunidades de jubilados. A medida que aumentaban los suministros, los Honkalas empezaron a vacunar varios días a la semana, incluso en el hospital de Raahe y en clínicas más pequeñas de los dos pueblos vecinos.

"Al principio teníamos días más cortos", dice Virpi. "Las enfermeras encargadas de la programación establecían una cita cada 10 minutos. Tal vez pensaron que, por nuestra edad, seríamos lentos. ¡Nunca he pasado tanto tiempo recorriendo pasillos! Luego se dieron cuenta de que podíamos hacer más y aumentaron el ritmo de vacunación entre dos o cinco minutos".

  1. Matti Honkala administra una dosis de la vacuna de Pfizer a su esposa, Virpi, antes de que comiencen su servicio como voluntarios de vacunación.

  2. Los Honkalas se toman un descanso entre vacunaciones en el hospital de Raahe (Finlandia).

Virpi afirma que la labor de vacunación ha sido un alivio para el aislamiento de la pandemia.

"Estamos viendo y conociendo a nuestros vecinos, a nuestros compañeros de trabajo y a antiguos pacientes cuando vienen a vacunarse", dice. "Es realmente asombroso. Como cirujana, nunca veía mucho a la gente después de sus operaciones, solo si algo marchaba mal. Ahora veo a personas que recuerdan que las operé hace hasta 30 años, compartiendo lo bien que les ha ido desde entonces".

Combate contra la desinformación

Matti dice que también ha estado trabajando para luchar contra la desinformación y las dudas sobre las vacunas, aprovechando sus años de experiencia en la campaña contra la polio. Encuentra oportunidades para hablar con la gente mientras esperan, utilizando sus conocimientos como especialista en la lucha contra la polio, para hablar del poder y la eficacia de las vacunas.

En Europa, dice, hay focos de desconfianza, y los rumores pueden extenderse fácilmente a partir de un caso poco común. Por ejemplo, después de que se interrumpiera la distribución de la vacuna de AstraZeneca debido a algunos informes sobre coágulos de sangre, Matti observó que había más personas que expresaban su preocupación por la vacuna que se les suminstraría.

Virpi dice que también utiliza el sentido del humor para disipar las preocupaciones de la gente.

«Un hombre me preguntó ayer: “¿Con qué vacuna me inyectaste?” Le respondí: "Con todas. Y podré seguirte con los aparatos que tengo", bromeó.

Tras haber administrado más de 5000 vacunas, Virpi sugirió a su marido que podían dejar de hacerlo al llegar a las 10 000 y permitir que otros hicieran el resto.

Pero él le dijo, «Cuando hayamos llegado a las 10 000 primeras dosis, podremos comenzar a vacunar con la segunda dosis».

Descubre cómo los socios de Rotary protegen a las comunidades contra la COVID-19.