Socios y funcionarios gubernamentales de la salud utilizan lanchas para llegar a pueblos ubicados en lo profundo de la selva tropical
Los socios del Club Rotario de Demerara, en Guyana, están utilizando su experiencia de décadas en la lucha contra enfermedades al entregar vacunas contra la COVID-19 y ayuda a una región remota del país sudamericano. De otro modo, las comunidades indígenas de la zona no tendrían acceso a la vacuna y seguirían siendo vulnerables al virus.
Los socios del club llevan casi 30 años realizando expediciones médicas vitales que penetran en el interior de la densa selva de Guyana. Al hacerlo, han desarrollado un conocimiento detallado de la zona y de las necesidades particulares de los pueblos que la habitan. Las caminatas le han valido al club de Demerara un apodo entre los clubes rotarios cercanos: "el club de la selva".
Cuando las vacunas contra la COVID-19 estuvieron disponibles a principios de este año, el club se puso rápidamente en acción, confiando en la familiaridad de los socios con la región para planificar los aspectos logísticos y coordinar las tareas de distribución. Centrándose en las aldeas de Muritaro y Malali, principalmente indígenas, el club colaboró con el Ministerio de Salud local y la Comisión de Defensa Civil para inmunizar a los aldeanos. Los equipos de vacunación -formados por socios del club, médicos y enfermeras locales- llegaron a las aldeas en lancha, recorriendo un tramo de 8 km del río Demerara.
Bhageshwar Murli, presidente del club de Demerara 2020-2021, afirma que el apoyo a la distribución equitativa de las vacunas contra la COVID-19 a las comunidades desfavorecidas era algo natural para el club.
"Nuestro club estaba muy motivado y entusiasmado por participar en este proyecto en particular, ya que coincidía con lo que hacemos frecuentemente como club", dice Murli.
Debido a las restricciones de viaje por la pandemia, los aldeanos no podían ir a las ciudades cercanas a comprar alimentos, ropa, medicinas y otros artículos de primera necesidad. Así que el club recogió y distribuyó estos artículos como parte de la iniciativa.
Los equipos de vacunación administraron vacunas contra la COVID-19 a 24 residentes de Malali y 16 de Muritaro. Los resultados pueden parecer modestos, pero fueron ganados con esfuerzo: Lancelot Khan, presidente del comité de proyectos de servicio del club y coordinador del proyecto, afirma que las dudas sobre las vacunas son un obstáculo en estas comunidades.
El club había visitado la región en marzo de 2020, cuando la COVID-19 comenzaba a difundirse en Sudamérica, para entregar mascarillas y desinfectantes para las manos, dice Khan. Pero también fue la histórica labor de Rotary en la campaña mundial para la erradicación de la polio la que demostró a los aldeanos su compromiso con la lucha contra las enfermedades. "Nuestro vínculo con estas comunidades y la historia de nuestra labor contra la polio dieron a los residentes la confianza de que Rotary no los dejaría atrás cuando las vacunas contra la COVID-19 estuvieran disponibles", dice. "La posición mundial de Rotary respecto a la polio fue un gran punto a favor".
Durante el último viaje, los integrantes del equipo hicieron un llamamiento a los capitanes de las aldeas (residentes elegidos para representar a las comunidades) para que se vacunaran. "Los capitanes que se vacunaron mostraron la confianza necesaria para convencer a otros de que también lo hicieran", dice Khan.
Los miembros del equipo distribuyeron material educativo sobre la vacuna, explicaron sus efectos secundarios y respondieron a las preguntas de los residentes. También mostraron fotos de socios del club vacunándose para demostrar su seguridad.
Murli espera que la continua participación de su club en las campañas de vacunación aumente el número de personas que aceptan vacunarse.
"Creemos que se pinta una imagen convincente cuando se ve que los rotarios participan en las campañas de vacunación contra la COVID-19", dice Murli. "Creemos que nuestra labor puede generar un aumento de la tasa de vacunación y de la confianza".