Skip to main content

Partera empodera a las mujeres durante y después del embarazo

Se estima que 5,9 millones de niños menores de cinco años mueren cada año a causa de la desnutrición, la atención sanitaria inadecuada y las malas condiciones sanitarias, todo lo cual puede prevenirse. Rotary proporciona capacitación, vacunas, kits para el parto y clínicas móviles de salud para empoderar a las mujeres. Otro recurso para las mujeres son las parteras. La rotaria Andrea Cassidy comparte su experiencia.

Andrea Cassidy - Club Rotario de Windsor (1918), Ontario (Canadá)

A las parteras les encantan las historias de partos. Mi primer parto fue el de una mujer menonita que estaba en Canadá de forma ilegal, no tenía cobertura sanitaria y no hablaba nuestro idioma. Realicé una visita prenatal y esa misma noche dio a luz. Normalmente hacemos visitas a domicilio durante las primeras semanas posteriores al parto. La familia no entendía que no tenía que pagar ya que la financiación de mis servicios corre a cargo del Ministerio de Sanidad de Ontario, así que no dejaban de darme pepinos.

Las parteras pueden atender a mujeres que no cuentan con seguro médico, y a menudo trabajan con las poblaciones más vulnerables. Nuestras citas suelen durar entre 30 y 45 minutos, por lo que son más largas que las de los médicos. Vemos a personas que deben enfrentar barreras lingüísticas o problemas de salud mental, que son madres adolescentes, personas que abandonarán a sus bebés después del parto. Todas ellas merecen ser atendidas con dignidad, respeto y autonomía.

Mi trabajo consiste en empoderar a las mujeres. Es su cuerpo y su bebé. Les preguntamos qué es lo que desean, y luego vemos si podemos lograrlo. ¿Quieren tener a su bebé en el agua? ¿En un hospital o en casa? ¿Quiere agarrar a su bebé usted misma? ¿Quiere que sus hijos estén en la habitación? La mujer puede elegir qué tipo de pruebas quiere que se le realicen durante su embarazo, en vez de que otra persona lo haga en su lugar.

Podemos recetar, diagnosticar y encargar pruebas diagnósticas, así como realizar todas las labores necesarias durante el embarazo, el parto y las primeras seis semanas de vida del bebé. Tenemos buenas relaciones de trabajo con los médicos y podemos consultar con ellos si se presenta algún problema. A veces las cosas se complican y es necesario transferirles la responsabilidad, como en el caso de una cesárea, pero no abandonamos la habitación ya que es recomendable que la parturienta tenga siempre cerca una cara conocida.

Ofrecemos mucha capacitación sobre la lactancia materna. En la clínica puedo enseñarte a dar el pecho en una silla, pero si voy a tu casa y veo que no tienes una silla, sino un colchón en el suelo, te enseño a dar el pecho allí, en un colchón en el suelo.

El mejor aspecto de mi trabajo es dar permiso a las mujeres para cuidarse a sí mismas. Me acerco a las madres después del parto y les digo: "Tu bebé está muy bien. Ahora hablemos de ti. ¿Comes, bebes, duermes? ¿Sientes dolor?" El bebé rara vez es el problema, con mucha más frecuencia lo es la madre. Dedico mucho tiempo a explicar a las mujeres que está bien que reserven tiempo y espacio para ellas mismas. — Tal como se lo contó a Anne Stein

Este artículo se publicó originalmente en el número de noviembre de 2021 de la revista Rotary.

Los rotarios se unen para mejorar la salud materno-infantil.