Todo el mundo está de acuerdo con la idea de que la gente tiene prejuicios. ¡Pero siempre es el otro grupo!
Cory Clark
Directora ejecutiva de Adversarial Collaboration Project en la Universidad de Pensilvania
La mayoría de nosotros asocia la palabra "prejuicio" con cosas malas como el racismo, el sexismo y la homofobia.
Para los científicos sociales, sin embargo, esas cosas van más allá del prejuicio; es intolerancia. Los científicos sociales definen el prejuicio como una preferencia, y sin ella, por ejemplo, imagínate lo que tardarías en hacer un pedido en un restaurante.
El psicólogo Matt Grawitch, director de investigación estratégica de la Escuela de Estudios Profesionales de la Universidad de Saint Louis, afirma que nuestros cerebros evolucionaron para tomar decisiones rápidamente, basándose en pequeñas cantidades de información. Y en la prehistoria, los expertos creen que cuanto más se parecía alguien a nosotros, menos peligroso lo suponíamos, fuera o no cierto.
Pero muchas de nuestras tendencias prehistóricas no son necesariamente buenas hoy en día. Los estudios han demostrado que las empresas más diversas tienen más probabilidades de superar a sus competidores. Y puede que tengas una preferencia por las hamburguesas y no hacia las verduras, pero eso no significa que solo debas comer hamburguesas u odiar las verduras.
Parte de nuestra condición como seres humanos modernos y evolucionados, o como organizaciones con dichas características, podría significar evitar algunas de las cosas hacia las que estamos predispuestos y buscar alternativas.
Aunque a menudo somos malos para detectar nuestros propios prejuicios, podemos aprender a distinguir los prejuicios de la intolerancia y evitar que afecten negativamente nuestras decisiones.
A continuación, te ofrecemos algunos consejos para evitar que los prejuicios se conviertan en un perjuicio.
El costo de los prejuicios
Los prejuicios de los empleadores provocan la falta de compromiso de los empleados, lo que cuesta a las empresas estadounidenses unos 550 000 millones de dólares al año.
20 % versus 7 %. Los empleados de grandes empresas que perciben que estas tienen prejuicios negativos son casi tres veces más propensos a estar desencantados en el trabajo.
31 % versus 10 %. Las personas que perciben un trato injusto por parte del empleador son más de tres veces propensas a decir que piensan dejar su actual trabajo en el plazo de un año.
34 % versus 13 %. Las personas que perciben un trato injusto son 2,6 veces más propensas a decir que han retenido ideas y soluciones en los seis meses anteriores.
Fuentes: Gallup, Coqual
Reconoce que es difícil. En gran medida no somos conscientes de nuestros propios prejuicios, ni siquiera cuando nos los hacen notar, afirma Cory Clark, psicóloga de la Universidad de Pensilvania. Clark acostumbra pedir a una clase de estudiantes que se califiquen a sí mismos en relación con los demás presentes en el aula en cuanto a amabilidad, atractivo, sentido del humor y otros factores, e invariablemente el resultado es que todos se consideran por encima del promedio. "Casi todos tienen un seis o más", dice Clark. A continuación, la profesora les muestra los resultados y señala que es imposible que el 100 % esté en la mitad superior de cada atributo. Una vez revelado su prejuicio, les pide que se califiquen a sí mismos de nuevo. La gran mayoría sigue calificándose como mejor que el promedio. "Todo el mundo está de acuerdo con la idea de que la gente tiene prejuicios", dice Clark. "¡Pero siempre es el otro grupo!".
Desconfía del pensamiento de grupo. El psicólogo Matt Grawitch afirma que el riesgo a la intolerancia aumenta cuando nuestro círculo está formado por personas que se parecen, piensan y se escuchan de forma muy parecida. "Cuando todo el mundo tiene el mismo prejuicio", dice, "se ha creado una cámara de eco".
Pregúntate: ¿Es verdad...o es seguro? Clark dice que en épocas tempranas de nuestra historia, nuestros prejuicios nos ataban a nuestro clan, a nuestra tribu, o a lo que los psicólogos llaman nuestro "intragrupo". Y no estar de acuerdo con tu intragrupo podía provocar tu expulsión, o algo peor. Hoy en día, ese prejuicio hacia nuestro intragrupo nos lleva a distorsionar la información que procesamos y a sentirnos frustrados cuando los demás no ven las cosas como nosotros.
Considera si el prejuicio es bueno para ti, o para el grupo. El prejuicio puede haber beneficiado a la evolución, pero no necesariamente al individuo. Las ardillas tienen prejuicios, dice Clark, "para pensar que todo es un depredador". Así que, aunque el miedo a los depredadores puede favorecer la supervivencia de la especie, puede hacer que una ardilla se ponga en desventaja al alejarse de un humano que intente ayudarla.
Establece normas. "No podemos confiar en nuestra autoconciencia", dice Gail Tolstoi-Miller, fundadora de una empresa de estrategia de contratación de personal. Una forma de combatir los prejuicios inconscientes es seguir los procesos desarrollados por un grupo diverso. "La diversidad no es solo identidad", dice. "Los responsables de la toma de decisiones deben tener un pensamiento diverso". Esto es especialmente cierto para las decisiones de contratación. Un grupo diverso de entrevistadores puede ayudar a dejar de lado los prejuicios inconscientes.
Fomenta un amplio debate. "Las organizaciones deben desarrollar una cultura que fomente e incluso celebre el debate constructivo", afirma Michael Díaz, fundador de Delco Business Solutions, en Folsom (Pensilvania). "Si la cultura de una organización permite a los miembros del equipo cuestionar las suposiciones de los demás, independientemente del lugar que ocupen en el organigrama, el impacto negativo del prejuicio se minimizará."
Para más información sobre cómo detectar los prejuicios inconscientes, consulta los cursos sobre diversidad, equidad e inclusión del Centro de Formación de Rotary en my.rotary.org/learning-reference.
Este artículo fue publicado originalmente en la edición de mayo de 2022 de la revista Rotary.