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Una donación de 15,5 millones de dólares financiará el nuevo Centro de Rotary pro Paz en el Medio Oriente o el Norte de África

Otto y Fran Walter crearon su fundación para abordar la prevención del hambre y la paz. Su fundación se ha comprometido a aportar 15,5 millones de dólares a La Fundación Rotaria para poner en marcha un Centro de Rotary pro Paz en el Medio Oriente o el Norte de África.

Foto cortesía de la Otto and Fran Walter Foundation

La Fundación Otto y Fran Walter donará 15,5 millones de dólares a La Fundación Rotaria para poner en marcha un Centro de Rotary pro Paz en el Medio Oriente o el Norte de África.

El nuevo centro ofrecerá un programa de diplomatura con entrega de un certificado de desarrollo profesional centrado en asuntos relacionados con la construcción de la paz y el desarrollo en la región. Esta generosa donación de la Fundación Walter, con sede en Boothbay Harbor, Maine (EE.UU.), financiará los costes de puesta en marcha y los gastos de funcionamiento del centro. Asimismo, establecerá un fondo de dotación que proporcionará becas pro paz a perpetuidad para un máximo de 40 estudiantes al año.

“Desde hace mucho tiempo, Rotary busca la manera de hacer una contribución tangible a la única zona del mundo en la que la paz parece tan esquiva”, comenta K.R. Ravindran, presidente del Consejo de Fiduciarios de La Fundación Rotaria. “Ahora se nos presenta esta oportunidad, gracias a la inmensa generosidad de la Fundación Otto y Fran Walter. Sabremos aprovecharla al máximo para crear un centro en el que podamos inspirar a nuestros becarios pro paz a dar vuelo a su espíritu y equiparlos para que puedan apoyar acciones que traigan la paz y la buena voluntad a una región conflictiva”.

En el año 2024, la Fundación Rotaria seleccionará una institución colaboradora para albergar el Centro de Rotary pro Paz Otto y Fran Walter, y se espera que los primeros becarios de Rotary pro Paz comiencen a estudiar allí en enero de 2026.

Otto y Fran Walter establecieron su fundación familiar para promover la paz y otras causas benéficas, y su misión perdura incluso después de su muerte. Otto nació en Alemania en 1907 y trabajó allí como abogado. Cuando surgió el totalitarismo en Europa, el gobierno nazi promulgó las leyes de Núremberg, que expulsaron a los profesionales judíos de sus puestos de trabajo. Inhabilitado para ejercer la abogacía, Otto trabajó brevemente como secretario judicial antes de emigrar a Estados Unidos en 1936 y se instaló con sus padres en Nueva York.

Su título de abogado no era reconocido en Estados Unidos, así que Otto mejoró su inglés y empezó a formarse profesionalmente. Obtuvo la licencia de contable público y abrió una empresa de contabilidad. Sin embargo, él nunca dejó de creer que podría volver a trabajar como abogado. Con el tiempo, vendió su empresa de contabilidad e ingresó en la Facultad de Derecho de Nueva York, donde se graduó en 1954. Al año siguiente, Otto fundó un bufete de abogados que, con el apoyo de su mujer, Fran, creció de forma constante hasta llegar a emplear a 40 abogados.

Mediante su labor jurídica, Otto ayudó a promover la paz y a mejorar las relaciones entre Alemania y Estados Unidos. Tras la derogación de las leyes de Núremberg, obtuvo la licencia para ejercer la abogacía en Alemania y trabajó como asesor del Ministerio de Finanzas alemán durante las negociaciones de un tratado sobre el impuesto sobre la renta entre Estados Unidos y Alemania firmado en 1954. Otto y Fran se centraron en su fundación filantrópica más adelante en sus vidas, involucrándose personalmente en las subvenciones que pudieron financiar. Otto se afilió al Club Rotario de Nueva York.

Tras el fallecimiento de Otto y Fran en 2003, el rotario Frank Helman, abogado y amigo, se convirtió en presidente y director de su Fundación. Él y su esposa, Martha "Marty" Helman, actual presidenta de la fundación, ayudaron a dirigir la donación de 15,5 millones de dólares a La Fundación Rotaria. Los Helman son socios del Club Rotario de Boothbay Harbor. 

“La Fundación Walter no puede imaginar mejor manera de recordar a Otto, a Fran y su legado que a través de un Centro de Rotary pro Paz en el Medio Oriente, una zona del mundo desgarrada por los conflictos”, afirma Marty, quien también preside el Comité de la Iniciativa de Donaciones Extraordinarias para la Paz de La Fundación Rotaria. “La Fundación Walter es una pequeña fundación familiar; necesitábamos la colaboración de Rotary para crear un centro pro paz de categoría mundial”.

Desde que los primeros becarios de Rotary pro Paz comenzaron sus estudios en 2002, los Centros de Rotary pro Paz han formado a más de 1400 becarios que ahora trabajan en más de 115 países. Muchos de ellos prestan servicio como líderes en gobiernos, organizaciones no gubernamentales, fuerzas armadas, el campo de la educación, las fuerzas del orden y organizaciones internacionales como las Naciones Unidas y el Banco Mundial. 

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