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Luchando por su primer aliento

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Trabajadores de la salud capacitados gracias a un proyecto de Rotary reaniman a bebés que luchan por respirar

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Como matrona que trabaja en centros de salud de todo el distrito rural occidental de Sierra Leona, Banneh Daramy a veces tiene que hacerse valer. Su confianza y habilidad pueden marcar la diferencia entre la vida y la muerte.

«Fui a un centro y el personal de servicio ni siquiera reconoció que yo era matrona», recuerda. «Una mujer acababa de dar a luz y el bebé no lloraba. Así que ellos se concentraron en atender a la madre y dejaron solo al bebé. Yo entré de inmediato. Sabía cómo reanimar al bebé».

Mientras la madre gritaba presa del pánico, Daramy cogió un resucitador autoinflable y lo colocó en la cara del bebé.

«Lo usé para ventilar al bebé. Y en menos de un minuto, el bebé empezó a llorar», relata. «La madre había estado llorando y gritando: '¡Oh Dios, por favor, salven a mi bebé! Por favor, ¡salven a mi bebé!' Y luego se puso muy contenta. Por eso, siempre que veo un parto, me quedo hasta el final para ver que el bebé está a salvo». 

No hizo falta un equipo caro para salvar la vida de ese bebé. Un resucitador autoinflable tiene un precio de unos 11 dólares. Los conocimientos de Daramy sobre reanimación neonatal y su rapidez mental marcaron la diferencia. Muchos de sus conocimientos los adquirió gracias a Helping Babies Breathe, un programa de capacitación creado por la Academia Americana de Pediatría en el que participó gracias a un proyecto financiado por una subvención global de Rotary.

Aprendices del programa Helping Babies Breathe sostienen muñecos que simulan recién nacidos llamados NeoNatalies en el Hospital Gubernamental de Lungi (Sierra Leona).

Se estima que la asfixia o falta de respiración al nacer causa la muerte cada año a unos 900 000 niños en todo el mundo. Aunque representa menos del 0,1 % de las muertes de recién nacidos en los países industrializados, es la principal causa de mortalidad neonatal en los países de renta baja y media, como Sierra Leona. Muchos recién nacidos que no respiran pueden salvarse si el personal de salud inicia inmediatamente las maniobras de reanimación, por lo que es crucial que los profesionales aprendan a responder tan rápidamente como lo hizo Daramy.

Desde 2022, socios de Rotary de Sierra Leona y Norteamérica colaboran para ofrecer el protocolo Helping Babies Breathe a más de 650 enfermeras, matronas y otros trabajadores de la salud de toda Sierra Leona. El programa se financió mediante una subvención global copatrocinada por el Club Rotario de Freetown (Sierra Leona). Sybil Bailor, presidenta del club 2023-2024, se comprometió con el programa en parte debido a su propia experiencia. Una vez tuvo un parto difícil, durante el cual su bebé tuvo dificultades para respirar.

«Cuando nació mi segunda hija, fue un proceso bastante largo, y tuvo complicaciones en el canal del parto», cuenta Bailor. «Su nivel de oxígeno estaba por debajo del 90 %, así que me dieron [un medicamento] para acelerar las contracciones. Esta es una de las razones por las que este proyecto en particular es muy especial para mí».

Bailor colaboró en la solicitud de subvención con Charlotte Israel, presidenta 2023-2024 del Club Rotario de Palm Harbor, Florida (EE. UU.). Israel se sintió atraída por el proyecto de capacitación en parte por una tragedia personal.

«En 2020 falleció mi hija», explica. «Entré a despertarla para ir a trabajar y estaba tumbada en su cama. Llamé [a los servicios de emergencia] y me dijeron que intentara la reanimación cardiopulmonar. Pero yo nunca lo había hecho. Es algo que siempre tengo presente: Quizá, si hubiera contado con esa capacitación, podría haber ayudado a mi hija».

Al igual que los programas de reanimación cardiopulmonar, Helping Babies Breathe enseña a personas que no son médicos a prestar cuidados que salvan vidas. La alianza de Rotary con el programa se remonta a varios años atrás. En 2010, la Academia Americana de Pediatría contó con la ayuda de los socios de Rotary para crear los materiales de capacitación.

«Los rotarios han sido grandes promotores del programa desde el principio, [incluso] actuando como editores de los distintos planes de estudios», afirma Beena Kamath-Rayne, neonatóloga y vicepresidenta de salud mundial neonatal e infantil de la Academia Americana de Pediatría. «Nuestra alianza con ellos es muy valiosa ya que seguimos difundiendo Helping Babies Breathe por todo el mundo».

Una de las grandes ventajas de Helping Babies Breathe, señala Israel, es que sus materiales pueden descargarse gratuitamente.

«Proporcionamos gráficos murales. Proporcionamos folletos. Y si te diera un folleto, tú mismo podrías aprender todo el curso para poder utilizar esa técnica», afirma.

Pero Israel quería que los alumnos de Sierra Leona pudieran practicar con muñecos especialmente diseñados para el programa. El tórax del simulador de un recién nacido NeoNatalie solo se eleva cuando el alumno utiliza la técnica de reanimación correcta. El alumno también puede comprobar si hay pulso en el cordón umbilical del muñeco, y el instructor puede utilizar bombillas de presión para que el muñeco respire espontáneamente o llore.

Los clubes de Israel y Bailor utilizaron la subvención de La Fundación Rotaria para adquirir 160 NeoNatalies y otros suministros. Los alumnos practicaron con dispositivos de reanimación autoinflables y utilizaron botellas de plástico (conocidas como «pingüinos» por su forma) para aprender a succionar líquido de la nariz y la boca de los bebés.

Los graduados muestran sus certificados tras completar el programa de capacitación Helping Babies Breathe, patrocinado por los clubes rotarios.

Los patrocinadores del proyecto debieron cubrir algunos costos inesperados, como el aumento de los gastos de envío y la necesidad de proporcionar transporte y alojamiento a enfermeras y matronas de zonas rurales. Los organizadores pudieron recaudar un poco más de dinero de los clubes para cubrir algunas de estas necesidades y recibieron una donación de alojamiento gratuito.

Gracias a ello, los clubes pudieron realizar otra importante inversión en la salud de los bebés de Sierra Leona. La subvención también proporcionó cinco concentradores de oxígeno y un sistema de energía solar al Hospital Materno-Infantil King Harman de Freetown. Además, los socios de Rotary distribuyeron gorros, mantas y ropa para bebés en los hospitales donde se impartió la capacitación.

Para garantizar la sostenibilidad, el proyecto capacitó a personas que luego podrían enseñar a otros trabajadores de la salud y dirigir cursos para que refrescaran sus conocimientos. Los clubes colaboraron con el Ministerio de Salud de Sierra Leona y la organización no gubernamental Health Care Sierra Leone USA para garantizar la continuidad de las actividades de capacitación. Miembros de Health Care Sierra Leone USA habían impartido capacitación antes del proyecto financiado por la subvención de Rotary, y siguen supervisando el programa.

«Capacitamos a los participantes con el objetivo de que, cuando vuelvan a sus localidades, puedan capacitar a otros», dice Sulaiman Sannoh, neonatólogo y miembro de Health Care Sierra Leone USA. «A lo largo de los años, las personas que han asistido a nuestras sesiones nos han enviado fotos suyas capacitando a sus colegas».

Obtén más información sobre la labor de Rotary en el área de la salud materno-infantil.


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