Clubes rotarios aprovechan las conexiones internacionales para afrontar la crisis de opioides en Estados Unidos
Clubes de México, India y Canadá ayudan a socios de Nueva York a lanzar un proyecto comunitario
Rotarios de Nueva York recibieron apoyo de rotarios de otros países en la lucha contra un grave problema de Estados Unidos: la adicción a opioides.
Luego de asistir a un desgarrador funeral de un joven que murió de una sobredosis de opioides, Lana K. Rouff, socia del Club Rotario de Binghamton, Nueva York (EE.UU.), sabía que tenía que hacer algo al respecto.
“Fue espantoso”, dice Rouff. “En el funeral, me sentí sacudida por el golpe emocional y la tristeza. Esa experiencia realmente quedó grabada en mi mente, pero también me inspiró a hacer algo”.
Rouff habló de inmediato con los socios de su club, y los de otros clubes locales, sobre cómo podrían aliviar la crisis en sus comunidades del centro y sur de Nueva York.
Después de meses de investigación y consultas con funcionarios de la salud, expertos en abuso de sustancias, educadores y profesionales de los medios de comunicación, diseñaron un plan: un proyecto de subvenciones globales de La Fundación Rotaria por un total de más de USD 107 000.
Las iniciativas del proyecto apoyarían a aquellos directamente afectados por la epidemia, educarían a las comunidades sobre prevención y tratamiento de la adicción a opioides, y prevendrían el abuso de drogas entre jóvenes locales al proporcionarles capacitacion sobre habilidades para el liderazgo y la toma de decisiones sanas.
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130.00+
personas mueren cada día por sobredosis de drogas relacionadas con opioides en Estados Unidos
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11.00 millones
de personas han usado indebidamente opioides recetados en 2016
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47000.00 +
personas murieron por sobredosis de opioides en 2017
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9000.00 +
personas murieron en Canadá entre 2016 y 2018 por causas relacionadas con opioides
Pero aún necesitaban algo más para cumplir con los requisitos de La Fundación Rotaria y garantizar los fondos: contar con patrocinadores internacionales.
Rouff nuevamente recurrió a los 1,2 millones de rotarios partenecientes a 35 000 clubes de todo el mundo. Y encontró el apoyo que necesitaban.
El primero en ofrecerse fue un club rotario de México y luego un club rotario de Canadá. También los clubes rotarios de Coimbatore Central y Madras Coramandel de India donaron considerables fondos para ayudar a que el proyecto siguiera adelante.
Apoyo internacional
“No fue fácil encontrar gente fuera de Estados Unidos que pudiera ayudar con un problema predominantemente estadounidense”, dice Rouff.
“No era por indiferencia a un problema de Estados Unidos”, agrega Rouff. “Simplemente es que fuera del país no hay un entendimiento cabal de la verdadera dimensión de esta crisis”.
Llevó seis meses de búsqueda hasta que el club de Rouff se conectó con el Club Rotario de Tijuana Oeste, Baja California (México). Sofia Sotomayor Magana convocó a sus colegas rotarios para que fueran patrocinadores internacionales del proyecto, ya que consideraba importante brindar apoyo a sus vecinos del norte.
Algunos socios del club mexicano se mostraron renuentes y expresaron a Sotomayor Magana que sus recursos y dinero deberían asignarse a problemas locales, como la pobreza y la falta de atención médica. Sin embargo, Sotomayor Magana los convenció de que, a veces, es mejor dar que recibir.
“Tenemos la oportunidad de ayudar a los clubes de Estados Unidos y lograr un impacto en esta horrible epidemia”, nos dice. “Sabemos que esta crisis puede ocurrir en cualquier lugar y puede devastar cualquier comunidad. Vemos lo mal que se ha puesto la situación. Me enorgullece que hayamos podido poner en marcha este importante proyecto”.
El Club Rotario de Mississauga-Meadowvale, Ontario (Canadá), también contribuyó al proyecto con fondos y apoyo. La socia Claudine LaRochelle dice que la crisis de opioides no se limita a Estados Unidos: algunas provincias de Canadá también han sido afectadas. Entre 2016 y 2018, nueve mil canadienses murieron por sobredosis relacionadas con opioides. Estas sobredosis constituyen actualmente la principal causa de muerte entre canadienses de 30 a 39 años de edad.
“Al pensar en asistencia internacional, con frecuencia pensamos en países lejanos, pero también la ayuda se puede aprovechar muy bien cuando la crisis toca de cerca”, dice LaRochelle.
Información y herramientas
La actual crisis de opioides es la epidemia de drogas que ha causado una mayor mortandad en la historia de Estados Unidos. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos estiman que más de 130 personas mueren cada día por sobredosis de drogas relacionadas con opioides y millones más luchan contra esta adicción. Desde 2011, las muertes por drogas en Estados Unidos han superado a aquellas causadas por armas de fuego, accidentes automovilísticos, suicidios u homicidios. En Nueva York, es la causa principal de muertes accidentales.
Los niños y los adolescentes no están exentos de esta crisis: casi un cuarto de los estudiantes secundarios de Estados Unidos ha tenido alguna exposición a opioides recetados. Sin embargo, son los mejores candidatos para la educación y la prevención, dice Rouff.
Durante el último año y medio, la subvención global financió una serie de seminarios de fin de semana en los que participaron casi 50 estudiantes de 11 escuelas secundarias. Los estudiantes se reunieron en el instituto para adolescentes Heart of New York Teen Institute de Siracusa, Nueva York, para adquirir los conocimientos y la confianza que les ayudarán a llevar una vida libre de drogas y las habilidades como líderes para educar a sus iguales sobre los peligros de las drogas y el alcohol.
“Queremos ayudar a formar la próxima generación de ejemplos a seguir”, dice Rouff. “En este sentido, excedimos nuestras expectativas”.
Jo Ann Wickman, líder del proyecto y socia del Club Rotario de Cortland, Nueva York (EE.UU.), ha trabajado en asistencia social y educación por más de 25 años y fue una coordinadora de la subvención para el proyecto. Se sorprendió con la experiencia de los estudiantes en el instituto para adolescentes. “Fue realmente increíble cuánto aprendieron y lo que dijeron que querían lograr”, nos dice. “Fue un programa poderoso”.
Los clubes participantes lanzaron una amplia campaña de sensibilización pública con información crucial, como señales y síntomas de uso indebido de drogas, y recursos como el 2-1-1, la línea directa local para recolección de medicamentos recetados. Los rotarios diseñaron, imprimieron y distribuyeron más de 60 000 volantes informativos, folletos y postales en sus comunidades.
“Los distribuimos en todos los lugares posibles”, dice Wickman, y esto incluye escuelas, edificios municipales, consultorios médicos, despachos jurídicos, iglesias y lugares de reunión de Rotary. Hasta los maestros enviaron los materiales junto con los boletines de calificaciones de los estudiantes y otras cartas para padres.
La subvención también financió anuncios en línea, campañas en las redes sociales y espacios en canales de televisión y radios locales para informar sobre las maneras en que los residentes de la comunidad podían ayudar a mitigar la crisis de opioides y sus consecuencias devastadoras. Los socios del club crearon además una página en Facebook y anuncios en YouTube.
También los clubes asignaron fondos al Centro para Adicciones del Condado de Broome con el fin de ayudar a pagar por los suministros médicos y administrativos, el transporte para llevar a los pacientes a la clínica y tres buzones para desechar sin peligro medicamentos recetados. Todos los meses, el departamento de policía recolecta e incinera los medicamentos en desuso.
"Me da esperanza el hecho de que proyectos como este puedan ocurrir en todo el país. Rotary cuenta con los recursos y los conocimientos para afrontar este problema. Nada es demasiado grande para nosotros". — Jo Ann Wickman, Club Rotario de Cortland, Nueva York (EE.UU.)
Esperanza para el futuro
Durante su investigación para el proyecto, Rouff y Wickman hicieron una “gira para escuchar” por el centro y el sur de Nueva York, donde visitaron a rotarios afectados por esta crisis.
Esta fue la primera lección de las desgarradoras historias que escucharon: la epidemia afecta a familias de todos los orígenes étnicos y niveles socioeconómicos. “Ricos o pobres... lo vimos todo”, dice Rouff.
“Debo admitir que esta no ha sido mi experiencia favorita”, dice Wickman. “Trabajamos con gente que había perdido a sus hijos y a otros familiares. Fue realmente doloroso”.
Las dos líderes del proyecto también se ocuparon de hablar para conseguir socios que se involucraran en estas iniciativas. Dado el estigma asociado con el consumo de drogas, Wickman esperaba encontrar cierta resistencia. “Pero sucedió todo lo contrario”, nos dice. “Están entusiasmados y dispuestos a involucrarse. Me da esperanza el hecho de que proyectos como este puedan ocurrir en todo el país. Rotary cuenta con los recursos y los conocimientos para afrontar este problema. Nada es demasiado grande para nosotros”.
Rouff reconoce que la epidemia de adicción a opioides no tiene una solución sencilla. “Pero, si el proyecto puede salvar una vida, vale la pena”.