Hay mucha energía femenina en el Club Rotaract de One Million Lives Saigon: La presidenta fundadora, la presidenta y la vicepresidenta son todas mujeres. ¿Es pura casualidad o algo intencionado? Tal vez un poco de ambos.
«Puede que haya sido una coincidencia», explica Trang Phan Doan Huynh, estudiante del campus de la Ciudad Ho Chi Minh (Saigón) del Real Instituto de Tecnología de Melbourne. «Pero, y esto puede parecer un poco sesgado, en mi escuela, las niñas están un poco más interesadas que los niños en las actividades extracurriculares».
Lo que no es una coincidencia es cómo las jóvenes se sintieron atraídas a realizar buenas obras. Atribuyen a sus padres y a otras personas que les sirvieron de modelo en sus vidas el haberles mostrado el camino. Para Ha Vo Nguyet Le, principal organizadora del club, la inspiración provino de una maestra de escuela primaria en la provincia montañosa de Dak Lak. Allí, muchos estudiantes pertenecen a la minoría étnica Ede, y gran número de ellos padecen necesidades.
«Conocí a la maestra a través de mi madre, a la que también le gusta el trabajo social», añade Le. Le y varios amigos decidieron ayudar a la profesora a comprar bicicletas para los alumnos que, de otro modo, tendrían que caminar diez o doce kilómetros para llegar a la escuela.
«La visité una vez en 2020 para obtener información sobre su labor en las áreas remotas de Dak Lak», señala Le. «Me conmovió su entusiasmo y devoción a personas que para ella eran desconocidas. Siempre regala libros y ropa a sus alumnos, e incluso da clases particulares gratuitas en su casa. Aunque no es la persona más rica del pueblo, de hecho, pertenece al sector de menores ingresos de la sociedad, todavía es capaz de hacer estas cosas».
Le creó un fondo para proporcionar materiales escolares y alimentos a los alumnos destacados de la región que necesitan ayuda. También forma parte de una organización vietnamita sin fines de lucro para jóvenes que recauda dinero para diversas causas. Cuando Le conoció a Jason Lim, exgobernador del Distrito 3350, la animó a fundar un club Rotaract.
«Ha Le tiene potencial para convertirse en una gran líder», dice Lim. «En el servicio a la comunidad, no es importante cuán rico eres, sino tu corazón. Ella tiene el corazón y la paciencia necesarios para liderar a sus compañeros».
Le quedó igualmente impresionada con Rotary. «Hemos recibido mucha ayuda de los asesores de nuestro club», quienes son socios de los clubes rotarios padrinos de Bangkok Cyber y Saigón, explica. El club, fundado en febrero, es el único club Rotaract en Vietnam y forma parte de la pequeña pero creciente presencia de Rotary en el país. En los últimos años se han fundado allí cinco clubes rotarios, comenzando por los clubes de Saigón y Saigón Internacional en junio de 2021. Las mujeres que lideran el nuevo club Rotaract dominan tanto las redes sociales como la organización mediante el boca a boca. Organizaron un concierto para recaudar fondos y convencieron a muchos de los estudiantes que habían colaborado en él para que se unieran a su grupo. A los pocos meses de haberse fundado el club Rotaract, este contaba con más de 40 socios.
Entre las causas del club se incluyen el suministro de agua potable, la educación sexual y la alimentación de madres e hijos. A Le le entusiasma particularmente un proyecto que proporciona 1000 raciones de leche cada mes a estudiantes de una escuela primaria cercana.
«Nuestro objetivo es proporcionar a los estudiantes suficiente seguridad alimentaria para que puedan seguir estudiando», señala.
La vicepresidenta My Trang Quynh Nguyen, busca acabar con el acoso sexual y fomentar la educación sexual, ambos temas controvertidos en Vietnam.
«Por norma general, en Asia, los padres evitan toda referencia al sexo. Esto significa que los niños y adolescentes tienen que explorarlo todo por su cuenta», asegura. «Es necesario normalizar la educación sexual y proporcionar a nuestros hijos la orientación correcta».
Nguyen, Le y Huynh han participado en actividades para la captación de fondos y la organización del trabajo desde la escuela secundaria.
«Solía participar en muchos clubes extracurriculares, pero nunca había formado parte de una organización que tenga una misión tan clara como esta», dice Nguyen. Huynh conoció el club a través de unos amigos, pero su interés por ayudar a los demás empezó en su propio hogar.
«Siempre he estado interesada en el trabajo social desde que era pequeña, porque mis padres se dedicaban a él», señala. «Pero quería ser más proactiva y no solo seguir a mis padres. Empecé recaudando fondos en mi consejo estudiantil para ayudar a los estudiantes con discapacidades intelectuales de mi escuela».
Huynh fundó un club escolar para ayudar a estos estudiantes. Dicho club luego amplió sus actividades para ayudar a los estudiantes con discapacidades en toda la ciudad de Ho Chi Minh. Después de este éxito, Huynh decidió comenzar a trabajar con el club Rotaract en una gama más amplia de causas.
«Lo que realmente me encanta del club es que recaudamos fondos por nuestra cuenta», dice. «Los jóvenes lo hacen por sí solos».
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21 de septiembre de 2023