Desde 2018, los socios del Club Interact de Lotus Valley International School en Noida (India) fabrican toallas higiénicas para niñas y mujeres, utilizando un proceso que perfeccionaron en su escuela a las afueras de Delhi.
Medir, moldear, comprimir
En una sala dedicada al proyecto en la escuela, Pranet Kumar trabaja combinando pulpa de madera y algodón crudo en una proporción de 3 a 1.
Reyansh Pasari coloca el material compuesto en moldes rectangulares y lo comprime en toallas delgadas. «La higiene menstrual es algo que debemos abordar como comunidad en su conjunto y no verla como un problema exclusivo de las mujeres», afirma.
Envolver, sellar, esterilizar
Tras aplicar una lámina para evitar fugas, Arshita Raj envuelve una capa de tela de algodón no tejida alrededor de una toalla, que luego se sella con una prensa térmica.
Shaza Rizvi carga las toallas en una máquina para esterilizarlas antes de su distribución.
Empaquetar, transportar, distribuir
Dhanvi Khandelwal (izquierda) y Riya Dafauti cargan cajas de toallas higiénicas listas para su distribución.
Los socios del club entregan las toallas a los orfanatos y escuelas de la zona, en los pueblos y, como en la foto, en un centro de salud comunitario. Muchas niñas y mujeres no pueden permitirse o desconocen las toallas higiénicas, y en su lugar utilizan trapos u otros materiales que tengan a mano para absorber su flujo menstrual, explica Saira Puri (izquierda). Cuando el material utilizado, como el papel desechado, no es estéril, podría causar una infección. «Si solo hablas de ello, puedes salvar la vida de una mujer», afirma.
Los socios del club producen un promedio de 350-400 toallas higiénicas al mes para distribuir a mujeres y niñas.
Este artículo fue publicado originalmente en el número de marzo de 2025 de la revista Rotary.