Un Centro de Rotary pro Paz busca fortalecer la construcción de la paz en el Medio Oriente y el Norte de África
Cuando hace unos años los funcionarios gubernamentales de Arabia Saudí buscaron a alguien que pudiera ayudarlos a hacer de la mediación y la resolución de conflictos uno de los pilares de las reformas judiciales del reino, se encontraron con un problema. «Fue un poco triste oírlo, pero me dijeron que no encontraron a ningún experto en la materia que hablara árabe», recuerda Sherif Elnegahy. Afortunadamente, Elnegahy, un Becario de Rotary pro Paz fegipcio, acababa de ser coautor de un libro sobre el tema, en árabe, lo que llamó la atención del ministro de justicia. Los saudíes habían encontrado a su experto.
Elnegahy, uno de los cerca de 100 exbecarios pro paz que trabajan en el Medio Oriente o el Norte de África, posee conocimientos muy solicitados en una región con una enorme necesidad de pacificadores. Elnegahy, quien completó su beca en 2016 en el antiguo Centro de Rotary pro Paz de la Universidad Chulalongkorn en Tailandia, recuerda que en su formulario de comentarios sobre el programa señaló la necesidad de contar con un centro de este tipo en el Medio Oriente. Ahora, tiene motivos para celebrar. Este mes, después de años de planificación, Rotary anuncia su nuevo Centro pro Paz en la Universidad Bahçeşehir de Estambul. «Es un sueño hecho realidad», afirma.
El programa de certificado capacitará a constructores de la paz que provienen o han trabajado en la región, o que realizan labores afines en otras partes del mundo. «Este nuevo centro se fundamenta en la larga trayectoria de Rotary en apoyo de la paz», afirma Bill Boyd, presidente de Rotary en 2006-2007 y presidente del comité de búsqueda de la sede del nuevo centro de Rotary pro Paz. «No resolveremos todos los problemas, pero marcaremos la diferencia a través de los muchos becarios pro paz que se convertirán en catalizadores de la paz en toda la región».
El centro de Estambul es otro paso adelante en el plan de Rotary de establecer un total de cuatro programas de certificado para el año 2030 en África, el Medio Oriente o el Norte de África, Asia y América Latina. El programa en Bahçeşehir es el segundo de ellos después del centro establecido en la Universidad Makerere en Kampala (Uganda), que dio la bienvenida a su primera promoción de becarios en el año 2021. Además, el programa de centros de paz, que lleva dos décadas funcionando, cuenta con cinco programas de maestría en todo el mundo.
Izquierda: En los últimos años, Turquía ha acogido a la mayor población de refugiados del mundo, entre ellos más de 3,7 millones de personas que huyen de la guerra en la vecina Siria, como los alojados en el campamento de Suruç, vistos aquí en 2014. Derecha: Desde la antigüedad, Estambul, sede del nuevo Centro de Rotary pro Paz, ha sido una encrucijada de culturas. Fotografía: Ozgur Donmaz/Getty Images
El establecimiento de un centro en Oriente Medio ha sido desde hace mucho tiempo una de las metas de Rotary. La necesidad de que líderes locales que inspiren confianza se conviertan en defensores eficaces de la paz es mayor que nunca, como demuestran la guerra entre Israel y Hamás y otros conflictos de larga duración en Yemen, Sudán, Siria y otros lugares. «Este centro ofrecerá a los becarios un lugar donde hablar abiertamente sobre conflictos de larga duración y el futuro de la región, y donde explorar nuevos enfoques y vías para construir comunidades pacíficas», afirma Laura Descher, directora del programa de los Centros de Rotary pro Paz. «El programa les brinda la oportunidad de analizar asuntos como los conflictos, la identidad, la pobreza y los desplazamientos, y debatir entre ellos sus complejidades y posibles soluciones».
Entre los 1700 exbecarios de Rotary pro Paz que trabajan en unos 140 países se encuentran dirigentes de gobiernos, agencias no gubernamentales, instituciones educativas y de investigación, medios de comunicación y artes, agencias de mantenimiento de la paz y fuerzas del orden público y organizaciones internacionales como las Naciones Unidas y el Banco Mundial. Algunos han fundado sus propias organizaciones. Trabajan con refugiados y desplazados, jóvenes, mujeres y niños, los afectados por los conflictos y la pobreza, entre otros.
Aunque solo un pequeño porcentaje de esos becarios pro paz trabaja en el Medio Oriente, uno de los objetivos del nuevo centro es aprovechar esa red de profesionales que pueden crear las condiciones necesarias para la paz abordando las causas subyacentes y los detonantes de los conflictos. Ese concepto, conocido como la Paz Positiva, aborda problemas como la pobreza, la discriminación, las tensiones étnicas, la falta de acceso a la educación y la distribución desigual de los recursos. Para entender en qué consiste, consideremos la labor de Elnegahy.
El Centro de Rotary pro Paz Otto y Fran Walter de la Bahçeşehir University acogerá a sus primeros estudiantes en 2025. Hasta el 15 de mayo se aceptan solicitudes para las becas de certificado de desarrollo profesional de un año en estudios sobre la paz y el desarrollo. Se aceptará un máximo de 40 estudiantes al año. El plan de estudios abarca la construcción de la paz, el desarrollo sostenible, la resolución de conflictos, la diplomacia, la mediación y la cooperación. Durante los estudios de campo, los becarios examinarán los problemas de los refugiados y los conflictos territoriales y religiosos, y visitarán lugares afectados por catástrofes y zonas con conflictos congelados. Obtén más información sobre las Becas de Rotary pro Paz.
El Centro de Rotary pro Paz Otto y Fran Walter de la Universidad Bahçeşehir dará la bienvenida a sus primeros estudiantes en 2025. El plazo para la presentación de solicitudes para el certificado de desarrollo profesional de un año en estudios sobre la paz y el desarrollo está abierto hasta el 15 de mayo. El centro aceptará un máximo de 40 estudiantes al año. El plan de estudios cubre la construcción de la paz, el desarrollo sostenible, la resolución de conflictos, la diplomacia, la mediación y la cooperación. Durante los estudios de campo, los becarios estudiarán problemas relacionados con los refugiados y los conflictos territoriales y religiosos, y visitarán lugares afectados por catástrofes y zonas con conflictos congelados. Obtén más información sobre las becas de Rotary pro Paz
Fue fiscal y juez en su país de origen, y ahora se especializa en mediación y resolución de conflictos. Elnegahy recorre el Medio Oriente asesorando a organismos y programas de la ONU, al Ministerio de Justicia saudí y a empresas privadas, entre otros. Su trabajo le lleva desde los abarrotados juzgados de la región del Golfo Pérsico hasta las calles de los pueblos del valle egipcio del Nilo.
Ha intervenido en conflictos que van desde asesinatos por venganza familiar en el Alto Egipto hasta disputas entre grandes empresas y comunidades, incluida una en la que agricultores egipcios atacaron a trabajadores y sabotearon el equipo de una empresa petrolera. «Todo el pueblo se volvió loco», recuerda. La solución que negoció después de tres semanas de intensa diplomacia llevó a la empresa a ofrecer su influencia para que los agricultores obtuvieran permisos para construir tiendas y pequeñas empresas que abastecieran a los trabajadores del proyecto y aportaran ingresos a los agricultores. «Así de sencillo», afirma.
Ahora trabaja en un caso similar para resolver una disputa sobre un proyecto en el sur de Egipto crucial para la economía del país y para que el norte de África se convierta en un importante proveedor de energías renovables. También ha formado a mediadores judiciales para resolver litigios en asuntos civiles, familiares, mercantiles y penales. Mientras visitaba a algunos de sus alumnos en la ciudad saudí de Dammam, se sintió conmovido por la imagen de tres mediadores que trabajaban con ahínco en la tramitación de casos que involucraban a cientos de personas que se encontraban de pie, hombro con hombro, en el juzgado. La gran mayoría resolvía sus casos antes de llegar a juicio. «Sentí que, en cierto modo, había influido en sus vidas», explica Elnegahy. «Pudieron dejar atrás sus conflictos».
Con su ayuda, Arabia Saudita ahora cuenta con un sólido programa de mediación y ha institucionalizado la práctica en todo el reino. El impacto de esta labor va más allá de solución de disputas individuales. «Establece una atmósfera de conciliación; se convierte en parte de la comunidad», afirma Elnegahy. «No se trata solo de guerras o litigios; hay otras opciones. Así que creo que fomenta una cultura positiva cuando en lo que se refiere a cómo tratar nuestras diferencias».
Ahora, está capacitando a la próxima generación, enseñando mediación a estudiantes de Derecho en Egipto y organizando un concurso nacional de mediación estudiantil. También trabajó con ONU Mujeres, a United Nations entity advancing gender equality, to design and present a training program for young women peacebuilders from Arab nations. “The participants were amazing,” he says. “Any one of them is a future leader for sure.” The first cohort, in 2021, included women who went on to jobs with the UN agency that helps Palestinian refugees, the UN’s Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, y el ABanco Africano de Desarrollo.
Si bien la creación de un centro pro paz en la región era el sueño de Elnegahy y Rotary desde hace algún tiempo, la iniciativa cobró impulso con la mayor donación recibida por el programa de centros pro paz, una promesa de donación de 15,5 millones de dólares realizada en febrero de 2021 por la Fundación Otto y Fran Walter y aceptada por La Fundación Rotaria. El siguiente reto fue seleccionar una universidad colaboradora. Rotary cuenta con pocos clubes en el Medio Oriente, por lo que hubo de ser prudente a la hora de elegir una institución anfitriona, y está convencida de haber encontrado el socio adecuado. «Nosotros aportamos la red mundial de Rotary y nuestro alcance, y ellos aportan su experiencia sobre la región y sobre la paz y el desarrollo», afirma Descher.
Entre los criterios para la selección de la universidad, esta tenía que estar en un país con presencia rotaria, debía ser accesible a todos los estudiantes internacionales y tenía que demostrar su voluntad de establecer una verdadera colaboración con Rotary. Se estudiaron más de 30 instituciones de 11 países. Finalmente, se invitó a tres instituciones a presentar propuestas completas. Entre los finalistas, además de Bahçeşehir, figuraban la Universidad Americana de El Cairo y la Universidad Sabancı, también en Estambul.
Cada una de ellas contaba con un punto fuerte particular en materia de paz y desarrollo. En la Universidad Bahçeşehir, por ejemplo, los becarios pro paz se beneficiarán de la alianza que la universidad forjó con las Naciones Unidas para promover los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, que abordan retos como la pobreza, la desigualdad, el cambio climático y la paz y la justicia. «Los becarios de Rotary pro Paz participarán en cursos de capacitación diplomática de alto nivel y establecerán contacto con expertos de las Naciones Unidas que trabajan en la gobernanza sostenible de la paz», explica Ebru Canan-Sokullu, decana de la facultad de Ciencias Económicas, Administrativas y Sociales de la universidad y directora de su centro de capacitación de las Naciones Unidas, denominado CIFAL Estambul.
Con campus y oficinas en más de 10 países y más de 7000 estudiantes internacionales solo en Estambul, la Universidad Bahçeşehir tiene una vocación global. «La universidad también destaca por ser un microcosmos del Medio Oriente y el Norte de África, ya que acoge a muchos estudiantes de esta región», afirma Esra Albayrakoğlu, directora académica del centro pro paz.
Cuando el Centro de Rotary pro Paz Otto y Fran Walter de la Universidad Bahçeşehir reciba a sus primeros estudiantes en 2025, su éxito dependerá también de la participación de los socios de Rotary de la región, quienes acogerán a los becarios pro paz visitantes, colaborarán con ellos y los pondrán en contacto con exbecarios pro paz en Turquía. Los tres distritos rotarios del país tienen un largo historial en el campo de la construcción de la paz, incluida la facilitación de una importante conferencia de paz para los Balcanes en 2014. Suat Baysan, exgobernador del Distrito 2420, preside un comité que trabaja con el nuevo centro pro paz y Rotary International para involucrar a los socios locales en el programa. La tarea de los socios de Rotary, incluidos los de los países de origen de los becarios, consistirá en apoyar su labor y ofrecerles orientación de cara al futuro, afirma Baysan. «Eso es muy importante», asegura. Lo sabe de primera mano, habiendo viajado por la región durante años como ingeniero de telecomunicaciones. Él compara los esfuerzos por el mantenimiento de la paz con la minuciosa labor que realizan los ingenieros para mantener suspendidos los puentes de Estambul sobre el Bósforo. «Hay que mantenerlos en todo momento», señala.
Desde la antigüedad, la península de Anatolia, puente terrestre entre Europa y Asia, ha sido un crisol de culturas y asiento de imperios (bizantino, seleúcida y otomano). Hoy en día, la moderna república turca, un país miembro de la OTAN de unos 85 millones de habitantes, es una potencia regional con influencia tanto en Europa como en el Medio Oriente.
Su ubicación a caballo entre continentes también la ha convertido en los últimos años en el hogar del mayor número de refugiados del mundo. Más de 3,7 millones procedían de la vecina Siria, donde más de 12 años de guerra han sembrado la destrucción a gran escala y se han cobrado al menos medio millón de vidas. Otros cientos de miles de refugiados y migrantes llegaron de Afganistán, Irán, Irak y otros países.
Esta rápida afluencia, junto con la inflación y otros problemas económicos, ha sometido a una gran presión a los recursos y ha provocado tensiones sociales. El catastrófico terremoto que azotó Turquía y el norte de Siria hace un año agravó el trauma e intensificó la presión.
Izquierda: El exbecario de Rotary pro Paz Mustafa Öztürk es profesor asociado de la Facultad de Educación de la Universidad Boğaziçi de Estambul donde capacita a maestros en prácticas inclusivas para integrar a niños inmigrantes y refugiados. Derecha: Elif Avcı, becaria de Rotary pro Paz 2019 originaria de Estambul, dice que el nuevo centro pro paz puede servir como un centro de investigación y promoción y «tiene el potencial de convertirse en una fuerza transformadora en nuestra región». Fotografías: Faid Elgziry.
El exbecario de Rotary pro Paz Mustafa Öztürk es profesor asociado de la Facultad de Educación de la Universidad Boğaziçi de Estambul. Él diseña e implementa programas de capacitación continua para maestros, con especial atención a la formación de educadores en prácticas inclusivas para integrar a niños refugiados y otros alumnos desfavorecidos, muchos de los cuales han sufrido graves traumas. En su trayectoria profesional, advirtió que los maestros pueden ser poderosos agentes de la paz.
Fue testigo de ello en 2021, cuando estalló la violencia en Ankara tras la muerte por apuñalamiento de un adolescente turco durante una pelea con un grupo de sirios. La respuesta de las turbas consistió en destrozar comercios, atacar casas y volcar coches en una zona de la capital donde viven muchos migrantes y refugiados sirios. Öztürk dice que fueron los maestros del vecindario los que ayudaron a calmar las tensiones. «Podían entrar en las calles y dirigirse a las casas de las familias con facilidad y sin ningún riesgo para su seguridad porque ambas partes confiaban en ellos, lo que les permitió desempeñar un papel eficaz en la negociación», afirma. «Tienen un papel importantísimo a la hora de llevar la paz a las escuelas y difundir la paz desde las escuelas a la sociedad en general». En opinión de Öztürk, contar con un centro pro paz en la región abrirá más vías de este tipo para construir la paz en toda la sociedad.
Elif Avcı, otra becaria de Rotary pro Paz originaria de Estambul, dice que el nuevo centro pro paz puede servir como un centro de investigación y promoción. Comenzó su carrera como psicóloga de niños y adolescentes. Desde que finalizó su beca pro paz en la Universidad de Bradford (Inglaterra), aboga por los grupos marginados ayudándoles a hacer oír su voz en los asuntos locales y asegurándose de que los gobernantes les escuchan. «La creación de un centro pro paz en Estambul tiene el tiene el potencial de convertirse en una fuerza transformadora en nuestra región y un catalizador para la construcción de una paz sostenible», afirma.
La apertura del nuevo centro es motivo de esperanza. Los conflictos de la región pueden parecer intratables, pero la opinión de Elnegahy es que la paz y la justicia son posibles, incluso después de las peores atrocidades de la humanidad. Se trata de una perspectiva moldeada por una experiencia vivida durante su propia beca a medio mundo de distancia, en el sudeste asiático. Durante una visita a los campos de exterminio de Camboya, su fe se tambaleó al ver a una mujer llorando frente a un árbol donde habían matado a niños pequeños durante el genocidio camboyano. Esa noche se encontró en un circo, viendo una representación que contaba la historia de un niño superviviente de los Jemeres Rojos que encuentra la curación a través del arte. El circo, descubrió, fue fundado por supervivientes de aquel reino del terror que se propusieron difundir la curación y la alegría. Advirtió que se trataba de una clara demostración de que tenemos la libertad, como individuos y como comunidades, de elegir el camino de la paz. «Depende de nosotros», concluye, «decidir qué huella queremos dejar».
Información adicional proporcionada por Diana Schoberg.
Este artículo fue publicado originalmente en la edición de febrero de 2024 de la revista Rotary.
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