Club Rotario de Bocas del Toro (Panamá)
Una visita virtual con los campeones de la diversidad
Bocas del Toro, a veces llamada las "Galápagos del Caribe", es uno de los lugares con mayor diversidad biológica de la Tierra. Situado frente a la costa norte de Panamá y compuesto por varias islas principales, docenas de cayos y cientos de islotes, el archipiélago de Bocas alberga el Parque Nacional Marino Isla Bastimentos, una reserva natural de 13 000 hectáreas que protege manglares, monos, perezosos, cocodrilos, tortugas marinas y más de 50 especies de coral. También linda con el Parque Internacional de La Amistad, una vasta región boscosa que se extiende hacia el norte en la vecina Costa Rica y que cuenta con 10 000 tipos de plantas con flor, 600 tipos de aves, 250 tipos de reptiles y anfibios, 115 variedades de peces de agua dulce y 215 especies de mamíferos, como pumas, ocelotes y jaguares.

Socios del Club Rotario de Bocas del Toro: (sentados de izquierda a derecha) Rebecca Kuchar, Nico Corea y Sol Iglesias; (de pie) Kelly Hernandez.
La población humana de Bocas es igualmente diversa; incluye a los indígenas Ngäbe, grandes comunidades afrocaribeñas e hispanas, y una considerable población chino-panameña, algunos de los cuales son descendientes de chinos que emigraron a Panamá para ayudar a construir el ferrocarril y el canal de Panamá.
Emily Talentino conoció esta diversidad polifacética por primera vez cuando estuvo de vacaciones en Bocas del Toro en 2012. En los años siguientes, visitó Bocas cinco veces más. Poco después de convertirse en directora ejecutiva de la YMCA y socia del Club Rotario de Attleboro (Massachusetts), comenzó a trabajar como voluntaria en una pequeña organización sin fines de lucro que apoya a las comunidades indígenas de Bocas. Inspirada, en 2014 decidió mudarse a Panamá, llevando consigo una donación de 5000 dólares de su club para apoyar a la organización sin fines de lucro.
Como no existía un club rotario en Bocas del Toro, ese fue el fin de la experiencia rotaria de Talentino. O así lo creía ella. Unos años después de su mudanza, conoció a Kurt Betzel, un exrotario de Texas que vive parte del año en Bocas. Una vez que descubrieron su conexión con Rotary, la rueda comenzó a girar. En febrero de 2019, celebraron la primera reunión del Club Rotario de Bocas del Toro y en mayo del mismo año el club se constituyó con 28 socios.
Si bien la base del club se formó con un grupo de expatriados, este se ha esforzado por ampliar el número de integrantes de la comunidad. En septiembre de 2021, durante una reunión en línea, la conversación fluyó fácilmente entre el inglés y el español. Los socios del club recitaron La Prueba Cuádruple en ambos idiomas, y los oradores de la reunión cambiaron sin esfuerzo entre ambos idiomas. "Siempre bromeo diciendo que nuestro idioma oficial es el espanglish", dice Talentino. "Comenzamos una conversación en uno y la terminamos en el otro. El objetivo es, sin duda, tender un puente y establecer relaciones entre la comunidad local, los expatriados y todos los diferentes grupos demográficos que viven en Bocas".
Rotary y Panamá: Para el beneficio del mundo
- El Club Rotario de Panamá -el tercer club rotario más antiguo de América Latina- celebró su primera reunión el 3 de julio de 1919 y recibió su carta constitutiva cinco meses después. En la actualidad, Panamá cuenta con 16 clubes rotarios y 11 clubes Rotaract.
- Harmodio Arias Madrid, primer presidente del Club Rotario de Panamá, fue presidente de Panamá de 1932 a 1936.
- "Los principios de Rotary son buenos solo cuando se practican", insistió Arias. "A Rotary le preocupan las cosas que suceden en la actualidad, los esfuerzos y acciones concretas que conducen al beneficio de todos".
- En enero de 1936, durante una gira por Centro y Sudamérica, el fundador de Rotary, Paul Harris, plantó un árbol de la amistad en la ciudad de Panamá.
- El lema del escudo de Panamá es Pro Mundi Beneficio: Para el beneficio del mundo, un sentimiento que se ajusta a Rotary, a Harmodio Arias y a los rotarios de Panamá.
Kelly Hernández, una de las panameñas nativas del club, ha trabajado con Floating Doctors, organización que lleva atención médica voluntaria a las islas remotas de la región. Allí conoció a un rotario visitante que trabajaba en un proyecto con esta organización y decidió acompañarlo en las reuniones del Club Rotario de Bocas. Floating Doctors tiene una membresía corporativa con el club, y es así como Hernández se convirtió en una de sus rotarias. "Rotary es una gran red de contactos", dice esta joven de 23 años, apasionada por la educación de las mujeres locales sobre la salud menstrual y reproductiva. "Podemos conocer a gente interesante que podría abrir puertas a nuevas oportunidades".
Aunque algunas de las actividades del club habían abordado la biodiversidad de la región, la pandemia exigió un cambio hacia preocupaciones más inmediatas. En colaboración con los clubes rotarios de Estados Unidos, Floating Doctors y otras organizaciones, el club de Bocas organizó el envío desde Minnesota de 20 000 kilos de arroz fortificado, que ayudó a alimentar a muchas personas de la comunidad local en un momento de gran necesidad. "Cuando me uní a Rotary por primera vez, fue antes de la pandemia de COVID", dice Rebecca Kuchar, quien había oído hablar de Rotary cuando vivía cerca de la sede mundial de la organización en Evanston, Illinois. "Me entusiasma el trabajo por el medioambiente. Eso fue lo que me atrajo. Sin embargo, desde entonces hemos tenido que reajustar nuestra forma de pensar porque nuestros mayores retos ahora son la ayuda humanitaria: mantener a la gente viva y segura".
La mayoría de las reuniones se continúan celebrando a distancia y el club está buscando una sede con buena conexión Wi-Fi para que esta opción pueda continuar. "Incluso sin COVID, nuestros socios viven en seis o siete islas diferentes", señala Talentino. "A veces las condiciones del agua y de las olas les impiden volver a la ciudad. Creemos que la opción de reunirse en línea será útil en el futuro". Puesto que el trabajo con su organización sin fines de lucro se ha reducido debido a la pandemia, Talentino vive actualmente en California parte del año y las reuniones a distancia le ofrecen una forma de seguir participando desde la distancia.
Aun así, los socios del club están deseosos de volver a trabajar en algunos de sus proyectos anteriores a la pandemia. Como ciudad turística, Bocas tiene que lidiar con su cuota de contaminación y como su atractivo es el ecoturismo, el medioambiente es una de las principales preocupaciones de los socios del club. A través de una iniciativa compartida por los clubes del Distrito 4240 (Costa Rica, El Salvador, Nicaragua y Panamá), el club de Bocas participa en la plantación mensual de árboles, especialmente de almendros. Este enorme árbol de la selva tropical ha sido drásticamente talado para la construcción de ferrocarriles, en detrimento de las numerosas especies de animales que dependen de sus frutos durante la estación seca. Con la ayuda de Steve Bender -el presidente del Club Rotario de Newport Beach, California, que ha estado viviendo en Panamá durante gran parte de la pandemia- los clubes de Bocas y Newport Beach también colaboran con el Club Rotaract de Newport Beach-Global Service en un proyecto de arrecifes de coral.
La heterogeneidad de su membresía, junto con la predilección por los proyectos ecológicos que protegen y mejoran la biodiversidad de la región, hacen del club el complemento perfecto para la rica variedad de Bocas del Toro. "Siempre pensé que [Rotary] era un club para gente mayor", dice Hernández. "Es increíble ver nuestro club y observar todos los diferentes orígenes y edades de sus socios. Hay mucha diversidad, y eso es maravilloso".
• Este artículo fue publicado originalmente en la edición de mayo de 2022 de la revista Rotary.