Cómo lo logramos: La región africana de la OMS fue certificada como libre del poliovirus salvaje
En momentos difíciles, los socios y colaboradores de Rotary han demostrado su empuje para superar los retos
Era mayo de 1997, y Sam Okudzeto, entonces miembro del Comité Regional Africano de PolioPlus de Ghana, volaba a Sierra Leona para participar en lo que pensaba sería una reunión anual rutinaria sobre la erradicación de la polio en África. Pero cuando su avión aterrizó y miró por la ventanilla, vio que soldados armados habían inundado la pista.
Mientras se dirigía al control de pasaportes, preguntó a un funcionario del aeropuerto qué estaba pasando. "Escuche con atención", le dijeron. "Puede oír los disparos". Esa mañana había ocurrido un golpe de estado.
"Todo lo que oímos era boom, boom, boom", recuerda Okudzeto. "Entonces me di cuenta de que el avión que nos había traído había desaparecido".
Al no haber taxis, Okudzeto y los demás participantes en la reunión que habían viajado en el avión caminaron hasta un hotel cercano. "Fuimos todos a nuestras habitaciones, dejamos el equipaje y luego fuimos al restaurante", recuerda. "Pedí el lenguado más grande y jugoso que había comido en mi vida, porque podía ser mi última cena". (Por suerte no lo fue, y cuatro días después, Okudzeto y los demás pudieron salir del país en helicóptero).
"Hay un enemigo en la vida, y es el miedo", dice ahora. "Aquellos que no lo tienen pueden lograr cosas increíbles. Es fantástico ver el resultado ahora: África está libre del poliovirus [salvaje]".
Los socios de Rotary de todo el mundo han aportado casi 890 millones de dólares para la erradicación de la polio en la región africana. Obtén más información sobre la labor de Rotary para erradicar la polio y considera la posibilidad de realizar una donación en endpolio.org.
En agosto de 2020, la Organización Mundial de la Salud (OMS) certificó a la región africana como libre del poliovirus salvaje, la culminación de un esfuerzo de décadas en el que participaron millones de socios de Rotary, trabajadores sanitarios, funcionarios gubernamentales, líderes tradicionales y religiosos, y padres. Desde 1996, año en que el poliovirus salvaje paralizó a unos 75 000 niños en toda África, los trabajadores sanitarios han administrado más de 9000 millones de dosis de la vacuna oral contra la polio, evitando 1,8 millones de casos de polio.
"Todo el mundo colaboró", dice Gaston Kaba, quien fungió durante mucho tiempo como presidente del Comité de PolioPlus de Níger (se retiró del cargo en junio de 2019). "Participaron voluntarios, pregoneros, muchas otras personas. Nadie los conoce. Trabajaron en silencio hasta lograr el objetivo".
Los 47 países que conforman la región africana de la OMS albergan a casi 1400 clubes rotarios y 32 000 socios, muchos de los cuales han dedicado tiempo y recursos a las labores de erradicación. Los socios de Rotary de todo el mundo contribuyeron casi 890 millones de dólares para la erradicación de la polio en la región, promovieron el apoyo de sus gobiernos, movilizaron a las comunidades en torno a las Jornadas Nacionales de Vacunación y celebraron actividades en ocasión del Día Mundial contra la Polio con el fin de concienciar a la población.
El legado de dicha labor es una infraestructura sanitaria que está desempeñando un papel importante en la pandemia de COVID-19 y está preparada para responder a futuras emergencias de salud pública. Las redes de laboratorios y vigilancia epidemiológica desarrolladas para dar seguimiento al poliovirus ahora se utilizan para controlar otras enfermedades. Los trabajadores contra la polio refuerzan una serie de inmunizaciones rutinarias, suministran medicamentos antiparasitarios y sales de rehidratación oral, y prestan otros servicios sanitarios. Asimismo, continúan vacunando a los niños contra la polio, porque hasta que no se erradique el virus de la Tierra, continuará representando una amenaza en todo el mundo. "Ser declarados libres de polio es un éxito increíble", dice Teguest Yilma, presidente del Comité de PolioPlus de Etiopía. "Estoy contento, pero todavía no estoy relajado".
En una época de desafíos extraordinarios, podemos celebrar la erradicación del poliovirus salvaje en la región africana. He aquí algunas de las historias sobre el empuje y la determinación que demostraron los socios de Rotary y nuestros colaboradores para superar retos y contratiempos.
RETOS
Conflictos
Rumores
Niños en áreas de difícil acceso
Voluntad política
La siguiente fase
Desde un principio, Boko Haram estuvo en contra de las inmunizaciones y se destruyeron muchas instalaciones sanitarias. La inmunización ni siquiera era algo en lo que se pudiera pensar
Tunji Funsho, presidente del Comité de PolioPlus
En febrero de 2005, cuando la guerra civil asolaba Costa de Marfil, Marie-Irène Richmond-Ahoua se adentró en el corazón del territorio controlado por los rebeldes. Richmond-Ahoua, entonces presidenta del Comité Nacional de PolioPlus, se unió a los representantes de los aliados de Rotary en un vuelo de las Naciones Unidas a Bouaké, donde se encontraban los rebeldes. "Nos reunimos con los jefes rebeldes para rogarles que hicieran seguras las Jornadas de Vacunación", recuerda, y les pedimos su colaboración para que proporcionaran soldados que protegieran a los vacunadores. "Lo hicieron. Durante cinco días fue fácil llegar a los niños".
A lo largo de los años, la seguridad ha sido uno de los mayores retos para la erradicación de la polio en África. Rotary y sus aliados trabajaron para negociar treguas y protección militar para asegurarse de que los trabajadores sanitarios pudieran llegar a todos los niños en las zonas de conflicto. En 1994 y 1996, las fuerzas rebeldes del Ejército de Liberación Popular de Sudán y el gobierno sudanés acordaron respetar los "corredores de paz" por los que los vacunadores podían viajar con seguridad, y dos años más tarde, una subvención de PolioPlus apoyó el transporte aéreo de vacunas a pueblos que no habían visto a un trabajador sanitario del gobierno en 15 años. En 1985, en Uganda, el gobierno y el Ejército de Resistencia Nacional acordaron permitir los vuelos de UNICEF en el territorio controlado por los rebeldes después de que la guerra civil aislara a un tercio de la población de los servicios gubernamentales. Y a finales de 1999, el entonces Secretario General de la ONU, Kofi Annan, negoció una tregua nacional en Sierra Leona para que pudieran celebrarse las Jornadas Nacionales de Vacunación.
Pero a veces, el derramamiento de sangre consiguió desbaratar los esfuerzos de erradicación de la polio. Nigeria creía haber visto su último caso de poliovirus salvaje en julio de 2014. Pero entonces el grupo Boko Haram mantuvo durante varios años alejados a los vacunadores de sus bastiones en el estado de Borno, en el noreste de Nigeria. "Desde un principio, Boko Haram estuvo en contra de las inmunizaciones y se destruyeron muchas instalaciones sanitarias. La inmunización ni siquiera era algo en lo que se pudiera pensar.", dice Tunji Funsho, presidente del Comité de PolioPlus de Nigeria desde 2013. La polio seguía presente, sin ser diagnosticada, en las zonas de Borno donde los niños no habían podido recibido las vacunas, y en 2016 el país registró cuatro casos.
Pero el gobierno nigeriano, así como Rotary, sus aliados y los trabajadores sanitarios y voluntarios, nunca se rindieron. El ejército nigeriano se convirtió en un participante clave en los esfuerzos de vacunación. Al principio, aseguraba una zona, y los vacunadores pasaban un máximo de dos días inmunizando rápidamente a los niños antes de marcharse, una estrategia llamada "hit and run". Más tarde, miembros armados de las milicias locales escoltaban a los vacunadores a las zonas inseguras. Hoy en día, los miembros del cuerpo médico del ejército llevan la vacuna a los asentamientos que siguen siendo inseguros para que trabajadores civiles entren y vacunen a los niños. "Los militares saben cómo cuidarse", dice Funsho.
Funsho recuerda haber visitado la casa de la niña que tuvo el último caso de poliovirus salvaje en Nigeria, otra víctima inocente de la insurgencia. "El potencial de una niña de tres años en el estado de Borno ya es muy bajo: educacionalmente, socialmente, en todos los aspectos del quehacer humano", dice. "Si a eso le añadimos la parálisis causada por la polio, ¿qué esperanza puede tener esa niña? Es desgarrador".
En Nigeria, otro obstáculo importante fueron los persistentes rumores sobre la seguridad de la vacuna oral contra la polio que se extendieron en el norte del país a principios de la década de 2000, afirma Funsho. Líderes políticos y religiosos escépticos dijeron a los padres que se negaran a la vacunación, combinando la retórica del movimiento antivacunas con teorías conspirativas sobre un complot occidental para esterilizar a los musulmanes. "Este rumor no nació en el país. Vino del extranjero y encontró tierra fértil en el país que logró potenciarlo", dice Funsho. "Llevó a que la vacunación se convirtiera en un acto político en vez de un medio para proteger a nuestros niños contra la parálisis".
La situación se deterioró. Varios estados del norte de Nigeria cancelaron todas las actividades de inmunización hasta que los funcionarios pudieran demostrar que la vacuna era segura, y el país pasó 14 meses sin una Jornada Nacional de Vacunación. El gobierno nigeriano, decididamente comprometido con la erradicación de la polio, creó un comité con la presencia de los principales líderes musulmanes para verificar la seguridad de la vacuna. Recorrieron las fábricas de vacunas y elaboraron un informe que satisfizo a todos, excepto a los líderes políticos y religiosos del estado de Kano, el epicentro de los rumores. Los funcionarios de ese estado enviaron su propio comité de expertos en salud y eruditos religiosos a Indonesia, donde volvieron a confirmar la seguridad de una vacuna fabricada en un país musulmán.
Mientras tanto, los socios de Rotary siguieron dedicándose a la incidencia política y a la educación del público. Ado Bayero, el difunto emir de Kano, era partidario del Club Rotario de Kano, y Funsho era su médico personal. El emir, uno de los líderes musulmanes más influyentes del país, "era un gran amigo de Rotary", afirma Funsho. "Sabía que Rotary no aportaría nada perjudicial". El emir demostró su fe en la vacuna oral contra la polio vacunando personalmente a sus nietos en su palacio. "Aprovechamos esto en los medios de comunicación".
En el vecino Níger, país con un 99 % de población musulmana, el entonces presidente Mamadou Tandja se opuso a los persistentes rumores en un discurso clave que lanzó una campaña de vacunación en 2004. Pronunció el discurso en hausa, una lengua muy hablada en Níger y en Nigeria, lo que hizo que su mensaje sobre la importancia de la vacunación fuera aún más eficaz. "Tandja fue muy firme en el mensaje que transmitió", dice Kaba, expresidente del Comité de PolioPlus de Níger. "Se refirió al Corán. Con el Corán no se bromea". Un mes después, Rotary entregó a Tandja el Premio al Campeón de la Erradicación de la Polio.
Los casos de polio en África habían tendido a disminuir hasta principios de la década de 2000. Pero los rumores y la falta de inmunización provocaron la exportación del virus desde Nigeria a casi 20 países. "En cuanto superamos eso, el gráfico fue bajando gradualmente hasta llegar a cero", dice Funsho.
Casi 800 000 refugiados viven en Etiopía, la mayoría de ellos procedentes de Eritrea, Somalia y Sudán del Sur. "Nuestras fronteras son muy porosas. Mucha gente entra y sale de los países vecinos", dice Yilma. Por ello, el gobierno coordina campañas de vacunación transfronterizas con las naciones vecinas para garantizar que el virus no se introduzca por la frontera.
El país tiene uno de los terrenos más accidentados de África, desde las tierras altas montañosas hasta las vastas llanuras desérticas que se encuentran a cientos de metros por debajo del nivel del mar. Hay lugares en los que los trabajadores sanitarios tienen que caminar durante horas para llegar a una sola familia, y otros que están tan densamente poblados que puede resultar difícil garantizar la vacunación de todos los niños. "En Etiopía no se dio una situación como la de Nigeria, donde la gente se negaba rotundamente a ser vacunada", dice Yilma. "Los problemas en Etiopía son que cuenta con una gran población itinerante y la topografía de Etiopía hace que sea muy difícil llegar a ella".
En toda la región africana, millones de trabajadores sanitarios han viajado a pie, en barco, en bicicleta y en autobús durante la campaña de erradicación, que ha durado décadas.
En toda la región africana, millones de trabajadores de la salud han viajado a pie, en barco, en bicicleta y en autobús durante las décadas que ha durado la campaña de erradicación de la polio. Las subvenciones de La Fundación Rotaria han hecho posible su labor. En el año 2000, las primeras campañas de inmunización sincronizadas en varios países de África llegaron a 76 millones de niños en 17 países.
Los socios de Rotary de otros países solían venir a Etiopía para prestar servicio voluntario durante las Jornadas Nacionales de Vacunación, lo que suponía una inyección de moral para los socios y las comunidades locales. Los visitantes también vieron otras necesidades y se ofrecieron a ayudar, dice Yilma, apoyando proyectos de agua y escuelas además de la erradicación de la polio.
Las iniciativas sanitarias relacionadas (el "plus" de PolioPlus) contribuyeron en gran medida a que las comunidades locales aceptaran la vacuna contra la polio, dice Funsho. Durante los brotes de polio en Nigeria, los niños eran visitados con frecuencia por los trabajadores de la salud para proporcionarles vacunas, pero a menudo las familias no tenían agua potable ni acceso a medicamentos básicos. Las subvenciones de la Fundación permitieron a los socios de Rotary instalar pozos de agua con energía solar, primero en los asentamientos para personas desplazadas en Borno y luego en las comunidades aledañas. "Eso hizo que Rotary se ganara la simpatía de la población local", dice Funsho.
Era 1996. Ese año, el poliovirus salvaje paralizaría a 75 000 niños en toda África. Una década antes, los ministros de salud africanos habían acordado el objetivo de vacunar al 75 % de los niños antes de 1990, pero los logros alcanzados se habían esfumado ante el deterioro de la economía regional, la persistente sequía, las prioridades de salud contrapuestas y las debilitantes guerras civiles. La erradicación de la polio necesitaba un campeón.
Rotary y sus aliados encontraron uno en Nelson Mandela. Al ser contactado por los líderes de Rotary, Mandela, entonces presidente de Sudáfrica, aceptó abogar por la causa. En la cumbre de julio de 1996 de la Organización de la Unidad Africana (predecesora de la Unión Africana), Mandela alentó a sus colegas jefes de estado africanos a hacer de la erradicación de la polio una prioridad urgente. En pocas semanas, Mandela, con los líderes de Rotary a su lado, lanzó la campaña Kick Polio Out of Africa (Eliminemos la polio de África), utilizando partidos de fútbol y estrellas del deporte para conseguir apoyo. A finales de año, más de 30 países habían celebrado Jornadas Nacionales o Subnacionales de Inmunización, y 60 millones de niños habían sido vacunados. "La implicación de la Unión Africana, y especialmente la de Mandela, significó mucho para nosotros", dice Okudzeto. "Fue fantástico".
Los socios de Rotary aprovecharon el respeto que por ellos siente la sociedad, y a menudo su carisma personal, para abogar por que sus gobiernos se implicaran en las labores para la erradicación de la polio. "La seguridad y la voluntad política fueron los mayores desafíos", dice Richmond-Ahoua, presidenta del Comité de PolioPlus de Costa de Marfil de 1996 a 2014. "Tenemos que convencer a la sociedad civil, a los líderes de opinión, a los padres, a los líderes tradicionales y a los líderes religiosos. Acabar con la polio no era una opción; era una obligación".
Los rotarios aprovecharon el respeto que por ellos siente la sociedad para abogar por que sus gobiernos se implicaran en la erradicación de la polio.
Esta labor de incidencia política no era glamurosa; implicaba reuniones periódicas con los ministros de salud y su personal para recordarles que el poliovirus seguía existiendo. Y a veces los socios de Rotary tenían que ser creativos para convencer a los líderes reacios de que era su responsabilidad inmunizar a los ciudadanos de su país. Richmond-Ahoua cuenta una historia al respecto.
Era el año 2000 y había ocurrido un golpe de estado en Costa de Marfil. El nuevo gobierno no quería llevar a cabo las Jornadas Nacionales de Vacunación. Richmond-Ahoua decidió ir a casa del jefe de Estado, sin cita previa.
Al llegar, pidió ver a la esposa del general Robert Guéï, que había sido puesto al mando tras el golpe. "Me miraron como si estuviera loca", dice. "Pero los rotarios se arriesgan cuando quieren algo". Después de esperar más de cinco horas, finalmente la llamaron para ver a la primera dama, Rose Doudou Guéï. Cuando le explicó el motivo por el que estaba allí, la primera dama se mostró totalmente de acuerdo, y no sólo convenció a su marido de la importancia de las Jornadas Nacionales de Vacunación, sino que ella misma asistió a una. "Es una mujer. Tiene hijos. Lo entendió", dice Richmond-Ahoua.
La historia de Richmond-Ahoua es un dramático ejemplo de la incidencia política diaria que realizan los socios de Rotary para mantener la polio como prioridad en la agenda política de los países del continente. Aunque ahora África está libre de polio, el trabajo continuará, dice Richmond-Ahoua. "Tenemos que asegurarnos de que la voluntad política sea fuerte para concluir con éxito nuestra labor".
Kaba recuerda haber mirado un mapa de Níger con Tandja, presidente del país entre 1999 y 2010. "Níger es un país enorme, del tamaño de California y Texas juntos, y dos tercios del país son desérticos. Él me preguntó: '¿Podemos erradicar la polio de este país?'". recuerda Kaba. "Le dije: 'Sí, con su ayuda, podemos'".
Mientras el poliovirus sobreviva en cualquier lugar del mundo, solo nos queda a un viaje en avión de distancia. Las tasas de inmunización rutinaria en Nigeria no son lo suficientemente altas como para garantizar que, si el poliovirus salvaje vuelve a importarse al país, no haya más niños paralizados. El país tendrá que seguir celebrando periódicamente Jornadas Nacionales de Vacunación, aunque no al ritmo que se celebraban antes de la certificación. "Nuestro lema actual es 'Mantener la polio a cero'", dice Funsho.
Tú puedes contribuir a mantener a África libre del poliovirus salvaje, y a eliminar esta enfermedad de los dos últimos países endémicos, Afganistán y Pakistán. Cada contribución al Fondo PolioPlus nos acerca a nuestra meta de recaudación de 50 millones de dólares anuales para erradicar la polio. Con los fondos de contrapartida en una proporción de 2 a 1 contribuidos por la Fundación Bill y Melinda Gates, tu donación llega aún más lejos para ayudar a que los niños de todo el mundo reciban la vacuna contra la polio, así como atención sanitaria y otras vacunas que salvan vidas. Contribuye hoy mismo en endpolio.org/donate.
• Este artículo fue publicado originalmente en el número de febrero de la revista Rotary.
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