Los Grupos de Rotary para Fomento de la Comunidad permiten a los voluntarios aprovechar la red de nuestra organización
Al movilizar a más 200.000 voluntarios en 92 países, los Grupos de Rotary para Fomento de la Comunidad amplían el alcance de Rotary al contribuir con los conocimientos y el talento de la población local a los proyectos de sus comunidades. Patrocinados por un club local, estos grupos están integrados por no rotarios que pueden aprovechar la red de Rotary. Concebidos como los Grupos de Rotary para Fomento Vecinal durante el mandato de M.A.T. Caparas, presidente de RI, a finales de la década de 1980, los Grupos de Rotary para Fomento de la Comunidad (GRFC) se consideraron inicialmente un programa dirigido al mundo en vías de desarrollo. Aún hoy en día, la mayoría de los 9.400 GRFC están concentrados en la India, seguido por las Filipinas y África. Diversos clubes de Estados Unidos patrocinan aproximadamente 60 de estos grupos, mientras Canadá patrocina cuatro. Cada grupo difiere en cuanto a tamaño y alcance. Las siguientes páginas describen cuatro de estos grupos.
Leticia (Colombia)
En 2010, las lluvias azotaron a Colombia, inundando cerca de 10.300 kilómetros cuadrados de terrenos agrícolas y localidades costeras, incluida Leticia, una comunidad pobre que depende de la cosecha de camarón.
“Quedó completamente inundada. Había que trasladarse de casa en casa en bote”, explica Carolina Barrios, socia del Club Rotario de Cartagena de Indias, que envió artículos de necesidad básica a la comunidad de casi 400 habitantes inmediatamente después de la catástrofe. “Pero cuando pasaron las inundaciones”, explica Barrios, “simplemente no podíamos abandonar a la comunidad”.
Los rotarios de Cartagena querían ayudar a revitalizar a Leticia. Pero era difícil viajar hasta el lugar: un recorrido de 45 minutos en automóvil desde Cartagena, seguido por otros 45 minutos en lancha. “Esta comunidad no recibe mucha ayuda por estar tan alejada”, afirma Barrios. Para impulsar la relación, los rotarios reclutaron a residentes locales para que se afiliaran a un GRFC.
“Tenemos un líder en cada cuadra”, explica Barrios. “Todos los líderes electos en Leticia son mujeres. En esa época, todos los socios de nuestro club eran también mujeres por lo que fue fácil relacionarnos”.
Inicialmente, explica Barrios, las integrantes del GRFC de Leticia no siempre estaban de acuerdo. “Pero han desarrollado la habilidad para resolver problemas de una manera amigable porque saben que ellas son importantes para la comunidad”.
Uno de los problemas de la comunidad era el saneamiento adecuado. “Les pedimos soluciones”, explica Barrios. Pedir a los residentes que hagan su propia evaluación de las necesidades y propongan soluciones a los problemas es un principio básico de un GRFC.
Después de preparar una evaluación de las necesidades, las integrantes del GRFC de Leticia trabajaron conjuntamente con los Distritos 4271 (Colombia) y 5280 (California) y los Clubes Rotarios de Los Ángeles y Woodland Hills, California, en una Subvención Global de US$ 38.000 para instalar un sistema de saneamiento básico que incluía 25 fosas sépticas y 25 baños con inodoro, ducha y lavamanos. Las integrantes del GRFC monitorean el sistema para garantizar que funcione apropiadamente. Con otros fondos, el GRFC también hizo mejoras a una iglesia que es el centro de actividades de la comunidad, equipando un pequeño salón con computadoras, haciendo mejoras a un parque infantil y sembrando árboles.
Se han forjado nuevas amistades. Tenemos música y bailes, comemos juntos. Las integrantes del GRFC nos consideran parte de la familia. Ha sido también importante para el crecimiento de nuestro club.
Carolina Barrios
Club Rotario de Cartagena de Indias
En 2015, la escuela secundaria que atiende a Leticia y a El Recreo fue clausurada. Los rotarios alentaron a las mujeres del GRFC a acudir a las oficinas municipales y defender sus derechos. La solicitud salvó a la escuela secundaria y atrajo una nueva socia al Club Rotario de Cartagena de Indias: la secretaria de educación local, Clara Inés Sagre Hernández y llevó a la creación de un nuevo GRFC en El Recreo.
“Se han forjado nuevas amistades”, explica Barrios. “Tenemos música y bailes y comemos juntos”. Las integrantes del GRFC nos consideran parte de la familia. Ha sido también importante para el crecimiento de nuestro club”.
Panay (Filipinas)
En 2011, cuando Jerry Olson era presidente del Club Rotario de Metro Roxas, Filipinas, algunos socios sugirieron que se investigara cómo podría el club traer agua salubre a Ameligan, un barrio remoto, o barangay, en la isla de Panay.
Olson, presidente del Grupo para Fomento de la Comunidad del Distrito 3850 (Filipinas) explica que el club solicitó una subvención de La Fundación Rotaria con la ayuda del Club Rotario de Pomona, California, y el Distrito 5300 (California) como colaboradores internacionales.
**“Hicimos nuestra tarea para lograr que el proyecto fuera sostenible”, explica Olson, un proyecto que fuera administrado por los residentes locales en un nuevo GRFC y que suministrara agua potable para prevenir enfermedades transmitidas por el agua y permitir que los niños pasaran más tiempo en la escuela en lugar de recolectar agua mientras viajaban en el ferry que cruzaba el río.
Una tubería de 5 kilómetros anclada para soportar las corrientes del río Panay suministra agua salubre a 60 hogares del barangay. La tubería fue instalada manualmente por el GRFC y una docena de rotarios.
“Como club, fuimos a Ameligan con instructores profesionales para enseñar a los residentes a administrar su GRFC y el proyecto de agua”, afirma Olson. “En marzo de 2012, instalamos la tubería y construimos cinco estaciones de agua”. Desde esa época, se ha agregado una sexta estación.
Unos 10 socios del GRFC Genesis Ameligan dan mantenimiento y administran el sistema de abastecimiento de agua, recibiendo los pagos de los propietarios de las viviendas conectadas a la tubería y de las personas que compran recipientes con agua.
“El GRFC paga el recibo del agua y las ganancias se depositan en una cuenta bancaria para fines de mantenimiento”, explica Olson. “Después de que el devastador tifón Yolanda azotara en 2013, el sistema tuvo muchas rupturas debido a la caída de árboles, pero había suficientes fondos para reparar los daños”.
Para los clubes que están pensando en iniciar un GRFC, Olson considera que es importante que los socios en perspectiva asuman una responsabilidad y entiendan que su GRFC es para ellos.
“El primer paso es que los socios vayan al área y expliquen los beneficios de tener un GRFC y averigüen si las personas realmente quieren formar un GRFC”, explica él. “Luego, deben llevar esa información al club para ver si los socios están dispuestos a invertir tiempo para que el GRFC sea dinámico”.
Es esencial dar capacitación a los integrantes del GRFC, particularmente cuando hay en juego proyectos complejos como por ejemplo un sistema de abastecimiento de agua, explica Olson, quien agrega que una continua supervisión del club ayuda a garantizar su sostenibilidad.
“Además, hay que visitar a los integrantes del GRFC cuatro veces al año”, explica él. “Un GRFC puede también trabajar con su club patrocinador para solicitar una Subvención Global si tienen una necesidad en un área específica”.
En Ameligan, señala Olson, “El GRFC mejoró el sistema de agua al expandirlo hacia otras áreas que nunca había tenido una fuente de agua salubre”. Los integrantes del GRFC planean también utilizar un excedente de US$ 1.200 para realizar mejoras.
Parker, Colorado (EE.UU.)
Una vez que dejan el sistema educativo público, las personas con discapacidades del desarrollo en Estados Unidos a menudo pierden su red de apoyo social y las oportunidades de amistad y desarrollo personal, explica Kam Breitenbach, socia del Club Rotario de Parker, Colorado.
**““Cuando cumplen 21 años, el distrito escolar acaba su labor”, explica Breitenbach, una entrenadora de baloncesto por mucho tiempo para las Olimpíadas Especiales y que fue maestra adjunta de educación especial mientras crecían sus hijos. “No hay un lugar para que ellos aprendan o realicen actividades de liderazgo”. Por eso en 2010, le pidió a la Directiva de su club que considerara la idea de iniciar un GRFC para adultos con discapacidades del desarrollo.
“Ellos dijeron, ‘Lo intentaremos por seis meses y luego lo analizaremos’”, explica Breitenbach. Siete años más tarde, el GRFC de Parker todavía se mantiene fuerte. Más de 50 integrantes con diferentes niveles de capacidad participan en proyectos de servicio y realizan reuniones similares a las de un club Rotario.
“Nunca nos sometieron a ese análisis”, explica ella.
Los proyectos del GRFC de Parker incluyen desde organizar bailes de bienvenida y graduación, hasta preparar mochilas con material escolar y llenar bolsas de comida para un banco de alimentos local. En diciembre, los integrantes del GRFC organizaron un desayuno navideño en un centro para personas mayores y dieron los últimos retoques a 100 cobijas de lana para donar a varios lugares, incluido un hospital local.
Contar con el éxito de las personas con necesidades especiales genera dividendos de autoestima, señala Breitenbach.
“Cuando comenzamos, teníamos un socio, Doug, que dijo que no se postularía para ocupar un cargo en el GRFC porque no quería que lo pusieran en aprietos”, explica ella. El GRFC tuvo un stand de exhibición de ShelterBox en un evento comunitario llamado el Festival de las Jornadas de Parker y Breitenbach instó a las personas a que hicieran preguntas a los integrantes del GRFC. “Doug dijo que le había cambiado su vida porque descubrió que podía hablar con la gente y lo escuchaban”. Doug ha sido el macero del GRFC por cuatro años.
El emprendedor y entusiasta GRFC de Parker en una oportunidad recaudó US$ 1.000 en cuatro horas en un evento de lavado de automóviles. En 2016, el grupo hizo una donación de US$ 3.500 a la campaña Pongamos Fin a la Polio. “Todo el mundo los conoce en la comunidad”, explica Breitenbach. “Los integrantes tienen todo tipo de oportunidades que no tendrían sin Rotary”.
Swindon (Inglaterra)
En el Reino Unido, los bucles de inducción (o audición) ayudan a transmitir sonidos a las personas con problemas auditivos al generar un campo magnético que es captado por las prótesis auditivas e implantes cocleares para reducir los ruidos de fondo y poder escuchar conversaciones.
Conforme a la Ley de Igualdad de 2010, dichos bucles deben instalarse en la mayoría de los edificios públicos, incluidas las bibliotecas y las oficinas municipales. Pero al carecer de una persona capacitada para activarlos, muchos de los sistemas de audio frecuencia (que se basan en la tecnología de la Segunda Guerra Mundial desarrollada por la Marina Real para detectar submarinos enemigos) permanecen inactivos.
Atendiendo el llamado del socio Dave King, que trabajó con una organización sin fines de lucro enfocada en problemas auditivos, el Ciberclub de West of England inició un Grupo de Rotary para Fomento de la Comunidad en Swindon para abordar el problema.
Tim Mason del Club Rotario de Cosham, quien había iniciado el primer GRFC de Gran Bretaña en la cercana localidad de Malmesbury, creó un comité de dirección integrado por el regidor municipal, funcionarios de un hospital local y una compañía de seguros internacional. Reclutaron a 15 personas, incluidos dos rotarios. En diciembre de 2016, equipos de dos personas del GRFC Escuchemos en Swindon habían revisado más de 500 bucles de la ciudad.
“Con la campaña Escuchemos, una gran cantidad de personas querían mejorar la situación” de las personas con problemas auditivos, y grupos comunitarios en todo el país han empezado a copiar el proyecto, explica Anthony Horn, ex gobernador del Distrito 1100 y socio del Club Rotario de Swindon Phoenix.
Si bien Inglaterra ha sido de los últimos países en adoptar el modelo de GRFC, a Horn y Mason les parece que los proyectos técnicos e interactivos son prometedores. Los integrantes del GRFC de Malmesbury se concentran en el control de inundaciones mediante el monitoreo del nivel del agua en el río Avon y la revisión de las compuertas para garantizar que estén libres de escombros.
“Había una necesidad de un grupo de servicio que pudiera ayudar a la ciudad”, explica Mason. “Un Grupo de Rotary para Fomento de la Comunidad es una excelente manera de captar voluntarios y lograr que se interesen en Rotary. Es la plataforma ideal para saber a qué se dedica Rotary”.
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