Una nueva familia en Francia
Athena Trentin, exparticipante en el Intercambio de Jóvenes de Rotary, aconseja a los jóvenes viajeros
Athena Trentin tuvo una infancia aburrida, al menos según ella. Creció en Escanaba, Michigan (EE. UU.), una ciudad portuaria de la península superior de Míchigan que en aquella época contaba con 14 000 habitantes. "Era de esperar que la mayoría de la gente creciera y se graduara de la escuela, trabajara en la fábrica de papel o en oficios especializados", dice Trentin. "Mis padres nunca me dieron otra opción más que ir a la universidad y ver el mundo, convertirme en quien deseaba ser".
Cuando Trentin tenía entre 12 y 15 años, su madre se puso manos a la obra para recuperar la identidad indígena de su familia y ayudó a crear un centro comunitario para los indígenas americanos que vivían en Escanaba, a 32 km de la reserva más cercana. Pero hubo oposición por parte de miembros del municipio, y Trentin dice que en la escuela tomaron represalias contra ella. Este primer encuentro con el racismo hizo que despertara su conciencia. "Hay un mundo ahí fuera, y yo quería verlo", asegura. "Pertenecía a un lugar donde podía conocer a gente de todas partes".
Se enteró del Intercambio de Jóvenes de Rotary y quiso participar, pero era demasiado joven para cumplir el requisito de edad. Trentin se sintió estancada y ese sentimiento se agravó al año siguiente, cuando su familia no pudo costear el viaje en medio del divorcio de sus padres. El representante del Intercambio de Jóvenes de Rotary de su ciudad se volvió a comunicar con su familia y les dijo: "Ella es la persona que queremos enviar de intercambio". Trentin no dejó pasar esta oportunidad.
Consiguió trabajo en un restaurante de comida rápida para ayudar a pagar los gastos de viaje no cubiertos por el programa. Recibió una subvención de United Way para organizar su propia cumbre internacional. Invitó a Escanaba a estudiantes de intercambio de varias organizaciones de la península superior de Míchigan para hablar de su percepción de Estados Unidos y su visión del mundo.
Recuerda haber pensado: "Si podemos intercambiar esta información, imagina lo que podríamos hacer para cambiar el mundo". United Way la envió a una conferencia nacional sobre liderazgo en la Universidad de Indiana. "Probablemente era la primera vez que salía de los estados de Wisconsin y Michigan, la primera vez que conocía a gente de color que no fueran indígenas americanos". Necesitaba más experiencias como esta. Y el verano antes de cursar su último año de enseñanza media, el Intercambio de Jóvenes de Rotary la envió a Francia.
Athena Trentin
- Intercambio de Jóvenes de Rotary, 1990-1991
- Magíster en enseñanza de inglés a hablantes de otros idiomas, Michigan State University, 1997-2000
- Doctorado en Educación, Universidad del Sur de California, 2003-2008
- Directora ejecutiva de la National Alliance on Mental Illness (Alianza Nacional de Enfermedades Mentales) North Texas, 2019-2024
"Creo que no me di cuenta de que me iba a ir durante un año. Recuerdo que mis padres tenían que ir a buscarme a campamentos nocturnos porque echaba de menos mi casa", cuenta. Estaba emocionada pero también nerviosa por cosas como la comida desconocida, su dominio del idioma y si su familia de acogida iba a ser amable. "¿Qué hago entonces? ¿Cómo voy a aguantar un año en el extranjero? ¿Y si no me gusta? ¿Y si quiero volver a casa?", pensó.
Cuando su avión aterrizó en Francia, su padre de acogida la recibió en la puerta de embarque. Fuera de la zona de recogida de equipajes, un enorme grupo de gente la esperaba para darle la bienvenida. "Esta es tu familia", le dijo. Trentin había crecido sintiéndose sola, como si no encajara. "Esta es mi familia", pensó, mientras su familia de acogida venía a abrazarla.
La primera familia de acogida de Trentin vivía en la frontera franco-suiza, cerca de Ginebra, en una preciosa casa en el campo. La vida era muy diferente. "Mi padre era constructor de molinos y pasó por varios períodos de desempleo. No teníamos mucho dinero. No teníamos estabilidad económica", afirma. "Me tocó vivir eso por primera vez. Y esa estabilidad marcó toda la diferencia del mundo para mí. Me mostró lo que podía ser la vida". Todavía aprecia las cenas y las vacaciones compartidas con su familia de acogida.
La escuela fue otra experiencia reveladora, sobre todo aprender historia del mundo desde una perspectiva europea. Empezó a comprender que la educación estadounidense favorecía una parte de la historia, que a menudo dejaba de lado sus raíces indígenas.
Trentin también aprendió una importante lección sobre los viajes que lleva consigo hoy en día. Cuando su tercera familia de acogida la llevó a la Ciudad de la Luz, estaba emocionada por ver por fin la Torre Eiffel, el Louvre y otras atracciones de las que tanto había oído hablar en su clase de francés en Estados Unidos. Pero visitar esos lugares no fue tan satisfactorio como había imaginado.
Cuando regresó a Estados Unidos, se propuso visitar un nuevo país cada dos años, con dos condiciones: viajar barato y sumergirse en la cultura. "No vas a aprender nada de la cultura subiendo por el ascensor de la Torre Eiffel", manifiesta.
Durante muchos años, Trentin trabajó en asuntos estudiantiles internacionales en varias universidades estadounidenses. Éste es su consejo para los estudiantes de Intercambio de Jóvenes de Rotary: Permitan que los viajes los cambien para mejor. "Esta experiencia cambiará tu visión del mundo. Crecerás de una manera que nunca imaginaste", asegura. Insta a los jóvenes viajeros a seguir la "regla de platino": Haz a los demás lo que te gustaría que te hicieran a ti. Es decir, muestra respeto por otras culturas y aprende sus normas no escritas.
"Pregúntate: '¿Qué estoy dispuesto a negociar mientras intento encajar en esta nueva cultura?", dice. "Puede ser algo tan sencillo como probar nuevos alimentos. Puede ser algo tan complejo como uno de esos valores fundamentales que pensabas que nunca comprometerías." Esta apertura llevó a Trentin a una nueva confianza cuando regresó a casa.
Antes de su viaje, Trentin era reservada. Pero cuando regresó, decidió bajar la guardia. "Eso es algo que Rotary me dio: la confianza para ser yo misma", afirma. "Desde entonces, me siento más cómoda y presto más atención cuando soy la minoría en la sala. Puedo aprender de todos los demás y eso acabó ayudándome en mi carrera profesional".
Trentin también regresó a Estados Unidos con una familia más grande. "La primera familia de acogida que tuve sigue siendo mi familia. Siempre serán mi familia", asegura. "Diré: 'mi familia francesa' y la gente dirá: '¿Qué? ¿Eres francesa?". La mayoría de los estudiantes de intercambio que conoce Trentin siguen muy unidos a sus familias de acogida.
"Fue el año más increíble de mi vida", manifiesta. En el momento de compartir estos pensamientos, Trentin estaba buscando pasajes de avión para visitar Mauricio, un país insular africano en el océano Índico al que su hermano de acogida, Raphael, acababa de mudarse.
Este artículo se publicó originalemente en el número de diciembre de 2024 de la revista Rotary.
Los intercambios para estudiantes de 15 a 19 años son patrocinados por clubes rotarios de más de 100 países.
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