Recordamos a Paul Alexander, quien pasó 70 años en un pulmón de acero
Paul Alexander, estadounidense de 78 años que pasó la mayor parte de su vida en un pulmón de acero, falleció el 11 de marzo. Alexander contrajo la polio en 1952, con solo 6 años. La enfermedad le paralizó del cuello para abajo, de modo que no podía respirar por sí mismo. Obtuvo una licenciatura en Derecho, aprobó el examen del colegio de abogados y ejerció la abogacía en Dallas durante un tiempo. También fue durante un breve periodo socio de un ciberclub rotario.
A continuación reproducimos un artículo que publicamos en 2015.
Uno podría pensar que un hombre que vive con polio en un pulmón de acero sabría de Rotary. Pero no fue sino hasta principios de este año que Paul Alexander, al celebrar una reunión de negocios con un socio de Rotary en Duncanville, Texas, supo que Rotary lucha por erradicar la misma enfermedad que lo dejó casi completamente paralizado.
«Quedé completamente impresionado. Durante todos estos años no había sabido de su labor», comenta Alexander, abogado en Dallas. «Es perfecto para mí».
Alexander contrajo la polio durante un importante brote de la enfermedad en Estados Unidos a finales de los años 50, cuando tenía seis años, y estuvo a punto de morir en el hospital antes de que un médico se diera cuenta de que no respiraba y lo metiera deprisa en un pulmón de acero, un cilindro metálico hermético que encierra todo el cuerpo excepto la cabeza y utiliza cambios regulados en la presión del aire para obligar a los pulmones a inhalar y exhalar. Alexander es una de las pocas personas en el mundo que siguen utilizando un pulmón de acero para tratar su parálisis poliomielítica. La necesidad de estas máquinas de más de 350 kilogramos de peso disminuyó drásticamente después de que la vacuna contra la polio se difundiera ampliamente a principios de los año 60.
En octubre, Alexander se convirtió en socio del Ciberclub Rotario del Distrito 5810 durante una ceremonia de ingreso celebrada en su casa, a la que asistió el presidente de Rotary, Gary C.K. Huang, a través de una conexión en línea. Alexander está escribiendo un libro sobre su experiencia y quiere ser embajador de Rotary para promover los beneficios que acarrearía la erradicación de la polio.
Liberado del pulmón
Durante 10 años, Alexander nunca pudo abandonar el dispositivo ni su casa. Pero luego consiguió aprender a respirar por sí mismo forzando la entrada de aire en sus pulmones. Eso le permitió desplazarse en silla de ruedas durante un máximo de ocho horas
«El primer día que pude salir de casa fue extraordinario. La mejoría fue del 100 por ciento», recuerda.
Decidido a cursar estudios universitarios, se trasladó al campus y, con la ayuda de una auxiliar de enfermería, asistió a clases, obteniendo un título de la Universidad de Texas. Con el tiempo se licenció en Derecho, se colegió y ahora ejerce como abogado civil y penalista.
Dispone de un teclado de computadora y un teléfono de tonos junto a la cabeza que puede manipular con un palo de plástico que lleva en la boca. Cuando debe acudir a los tribunales, tiene asistentes que le ayudan. En raras ocasiones ha viajado lejos de su casa. El pulmón de hierro tiene ruedas y es enviado por adelantado para reunirse con él en su destino.
Una larga conexión perdida con Rotary
Su padre fue presidente de un club rotario de Dallas en los años 60, pero Paul Alexander dice que no lo recuerda. Su contacto con Rotary comenzó cuando conoció a Alexander Peralta, socio del Club Rotario de Duncanville. Peralta informó a Bill Dendy, gobernador del Distrito 5810, quien inmediatamente decidió que Alexander sería el protagonista perfecto de un video sobre la erradicación de la polio en el que su esposa estaba trabajando. Alexander aceptó y un equipo de filmación del ciberclub del distrito grabó la entrevista.
«Después lo visité semanalmente», cuenta Dendy. «Un día, le dije: 'Paul, podrías ser socio de Rotary'. Él me preguntó cómo sería eso posible. Yo le dije que con un ciberclub, que se reúne en línea, sería perfectamente posible».
Desde que se afilió a Rotary, Paul se ha convertido en un popular orador en la comunidad rotaria de Dallas. Ya ha pronunciado discursos en dos grandes reuniones y tiene previsto hacerlo también en la próxima Conferencia de Distrito. El Club Rotario de Waxahachie, uno de cuyos proyectos consiste en construir rampas para sillas de ruedas, le construyó una nueva cuando se supo que Paul transporta su pulmón de acero al hospital o cuando realiza viajes más largos.
«Pertenecer a esta organización significa mucho para mí», declaró recientemente Alexander durante una llamada telefónica a su casa. «Me lo estoy pasando muy bien y me quedo despierto por la noche dándole vueltas a distintas ideas. Tanta gente ha pasado a formar parte de mi vida. No sabía que hubiera tanta gente solidaria en el mundo».
— Marzo de 2024