Medimos nuestros resultados para asegurarnos de que cambiamos vidas para siempre
Durante mucho tiempo, Rotary pensó en la medición en términos del tiempo y dinero que invertíamos en un proyecto, o el número de personas que capacitábamos mediante nuestros proyectos y programas. Si bien es útil recopilar este tipo de información, nuestro planteamiento para medir nuestros resultados está cambiando.
Sigue siendo importante reconocer el dinero, el tiempo y otros recursos que aportamos para ayudar a abordar las necesidades de una comunidad, pero no podemos quedarnos ahí. Tenemos objetivos más ambiciosos. Nuestros socios desean mejorar la calidad de vida de las comunidades cercanas y lejanas. Y para garantizar de que así sea, y que aprendamos y crezcamos de manera individual y colectiva, debemos redoblar nuestros esfuerzos para medir el cambio positivo que generamos como resultado de nuestras acciones.
Y en eso consiste el impacto en Rotary. Es el cambio positivo a largo plazo que se genera gracias a nuestras acciones. Nuestros socios se afilian a Rotary para crecer en materia de experiencias y servicio. Y parte de ese crecimiento requiere reflexión y aprendizaje.
Ahora nos gustaría saber con certeza si generamos un cambio positivo: determinar mientras nuestros proyectos están en marcha si están funcionando o si tenemos que hacer ajustes, y entender exactamente qué tipo de resultados se están obteniendo. Además, deseamos asegurarnos de que el cambio generado sea sostenible.
Por eso nuestro Plan de Acción nos pide a todos no solo que hagamos un buen trabajo, sino también que midamos todos los resultados de nuestra labor, lo que significa incorporar el monitoreo y la evaluación a cada proyecto que llevemos a cabo.
El Dr. Axel von Bierbrauer, director de un proyecto médico en el distrito keniano de Rarieda, reconoce que esto exige una nueva mentalidad. “La mayoría de la gente cree que un dato aceptable es ‘capacitar a 100 personas a través de nuestro proyecto’. La medición no se limita a contar cuántas personas se capacitan. Sino que hay que dar un paso más: comprobar la calidad”. En resumen, la medición incluye no solo contar el número de trabajadores de la salud comunitarios capacitados en el marco de un proyecto, sino también determinar si estos trabajadores aplican suficientemente la capacitación recibida en su trabajo con los pacientes.
Isis Mejías, embajadora del Grupo de Acción de Rotary Agua, Saneamiento e Higiene y fundadora y directora de la organización Global WaSH, afirma que la medición solía centrarse en el número de fuentes de agua potable disponibles. "Pero eso no capta lo que sucede cuando los niños viven sin enfermedades", afirma Mejías. "Cuando medimos los resultados, podemos ver cómo los proyectos generan un cambio positivo en la vida de las personas. Esto significa oportunidades de trabajo, equidad de género, ahorro de tiempo, mejora de la salud, todo lo cual no se ve si solo se presta atención al número de nuevas fuentes de agua creadas".
Más allá de mostrar nuestro impacto, dice, la recopilación de información de calidad sobre los resultados del proyecto también puede ser una fuente de inspiración. Una colaboradora de un proyecto en Uganda le contó a Mejías que no se había dado cuenta de la relación entre la calidad del agua y la asistencia a la escuela, ni de que las niñas pierden una semana de clases al mes por no poder acceder a servicios higiénicos seguros y no contar con el apoyo higiénico que necesitan cuando están menstruando. "Medir el impacto animó a esta colaboradora a continuar su trabajo y mejorarlo", afirma Mejías. "No se trata solo del número de bombas instaladas, sino de influir directamente en la vida de alguien. Se trata de imaginar el efecto dominó de disponer de agua potable".
Marcelo Haick, fiduciario de la Fundación Rotaria y presidente del Equipo de Asesores Técnicos de La Fundación Rotaria (Cadre), considera que la capacidad de demostrar claramente nuestros resultados es también un poderoso incentivo para atraer y conservar socios. "Los jóvenes, especialmente, tienen expectativas cuando se afilian a Rotary, y cuando no ven cumplidas esas expectativas se marchan", asegura. "Han crecido y trabajan en una cultura basada en los datos: medir y compartir nuestros resultados es una forma de mostrarles cómo generamos un verdadero impacto”.
Entonces, ¿cómo sabemos qué medidas necesitamos? Una forma de empezar es averiguar qué información han recopilado los demás. Randall Blair, investigador principal de la consultora de evaluación Mathematica, ayuda a fundaciones y organismos públicos a determinar los mejores tipos de programas en los que invertir. Blair, quien recientemente se afilió a Rotary, dice que un buen punto de partida es simplemente buscar en Internet al principio de la planificación y utilizar la gran cantidad de datos allí disponibles.
Puedes buscar un concepto, como 'reducir la mortalidad materna o métodos probados para aumentar las tasas de alfabetización'. Para que la búsqueda sea más eficaz, añade los nombres de organizaciones internacionales de confianza, como las Naciones Unidas y el Banco Mundial", apunta Blair. "Este tipo de investigación en fase temprana ayuda a identificar soluciones que ya se sabe que funcionan, así como medidas de éxito comprobadas".
En cuanto al modo de recopilar la información que necesitamos, no hay un método que se adapte a todas las situaciones. Para algunos proyectos, las encuestas a gran escala son la mejor manera de recopilar información sobre los resultados. Para otros, los resultados podrían evaluarse utilizando indicadores económicos, entrevistas con miembros de la comunidad o grupos de opinión con padres y funcionarios.
Para determinar cómo recopilar los datos también se puede recurrir a las famosas conexiones existentes entre los socios de Rotary. Los clubes rotarios pueden buscar y colaborar fácilmente con entidades gubernamentales locales, organizaciones no gubernamentales, universidades u otras instituciones de investigación que, según von Bierbrauer, ya cuentan con "las destrezas, conocimientos y redes de contactos para elaborar estrategias y realizar mediciones de calidad, recopilar y gestionar datos y analizar la eficacia".
Mejías utilizó ese enfoque para un proyecto en Uganda. Ella se puso en contacto con una universidad local que fue decisiva en la elaboración de una encuesta para determinar una base de referencia sobre los indicadores de la comunidad. Los universitarios fueron casa por casa para realizar la encuesta. Mejías afirma que los socios de Rotary podrían desempeñar funciones similares en la recopilación de datos, delegando la labor analítica en una organización colaboradora.
También debemos establecer la frecuencia con que recopilaremos la información, añade Viveca Serder, coordinadora técnica del Cadre en el área de interés alfabetización y educación básica: "Si no conocemos la tasa de alfabetización de partida, no podemos medir nuestro éxito, así que tenemos que hacerlo desde el principio".
A continuación, se debe pensar en: "¿Qué sucederá? ¿Cómo deberíamos utilizar el dinero? A continuación, escribe tus ideas sobre lo que deseas que ocurra dentro de un año, dos años y después de que Rotary deje de estar a cargo del proyecto. Hacer todo esto es importante desde el principio, para que los efectos previstos a largo plazo formen parte del diseño del proyecto y sepamos de dónde partimos y qué cambió gracias a Rotary. Muchas veces habrá que realizar una evaluación años después de que finalice un proyecto".
Este método para el diseño de proyectos -identificar los resultados deseados y los pasos necesarios para alcanzarlos- es un proceso conocido como teoría del cambio. Puede aplicarse a iniciativas de cualquier tamaño.
"Es una hoja de ruta de lo que se supone que debe ocurrir", apunta Blair. "Por ejemplo, en un programa de capacitación de profesores, primero se debe documentar el dinero que se va a gastar en capacitación, cómo se piensa llegar a las escuelas y a los profesores, y qué incluirá dicha capacitación. A continuación, se puede planificar el cambio de comportamiento y los beneficios que se esperan obtener de la capacitación, siempre que se cumplan sus hipótesis. ¿Será diferente la implicación de los profesores con los alumnos, y dominarán mejor los estudiantes el material gracias a esa implicación? Todo lo que resulte de la capacitación es algo que podemos medir sobre la marcha".
Independientemente de cómo definas la teoría del cambio, tener lo que Blair denomina "tu visión del éxito" te ayudará a marcar una mayor diferencia.
"Mientras todos utilicen ese mismo plan en el que se detalla cómo se conseguirán los resultados deseados, el proyecto saldrá beneficiado", afirma Blair. "Con esto, años después, habrás cambiado el sistema de comportamiento para que nunca vuelva a ser como antes. Eso es impacto".
Para obtener más información, comunícate con la Red Distrital de Recursos.