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Una cura para la comunidad

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Gracias a los fondos proporcionados por la Subvención para Programas de Gran Escala de Rotary, Partners for a Malaria-Free Zambia (Alianza para una Zambia Libre de Paludismo) lucha contra una enfermedad de alcance mundial a nivel local

Por Fotografía:

Hace unos años, Latham Chisanga sufrió un accidente de tráfico y, desde entonces, tuvo que hacer frente a secuelas físicas. Así que en febrero de 2020, cuando empezó a dolerle la espalda y a tener fiebre, Chisanga no fue a la clínica, se tomó un par de analgésicos y siguió adelante con su vida. Días después, se desplomó frente a la casa de un vecino y entró en coma. En el hospital, la prueba del paludismo resultó positiva. Murió unos días después.

Su madre, Martha Lungu, se preguntaba cómo pudo haberle ocurrido esto a un miembro de su familia. Al fin y al cabo, ella era la administradora ejecutiva de Malaria Partners Zambia, la rama local de una campaña internacional dirigida por socios de Rotary para acabar con el paludismo. Lungu, socia del Club Rotario de Ndola, no concebía cómo sería capaz de continuar su labor. " ¿En qué fallé?", se lamentaba. "¿Cómo es que no supe hacerlo bien? ¿Y cómo voy a hablar a la gente sobre la prevención del paludismo?"

Martha Lungu perdió a su hijo a causa del paludismo. Hoy en día, ayuda a liderar Partners for a Malaria-Free Zambia para salvar a otras personas del mismo destino

Unos meses después, dos personas intervinieron para hacerla cambiar de opinión. "Tienes que utilizar la muerte de tu hijo para educar a otras personas, para que no perdamos más vidas", insistió un ministro que había asistido al funeral de su hijo. Y una amiga la convenció de que la muerte de su hijo le otorgaba más credibilidad y no menos. "Si me pasó a mí, le puede pasar a cualquiera", señala Lungu, transmitiendo el mensaje de su amiga. "Sé de lo que hablo. Sé que el paludismo mata. Y sé que el paludismo se puede curar".


Estamos a fines de mayo de 2022 en la Provincia Central de Zambia, y seis personas caminan por un sendero de tierra, pasando por huertos, una iglesia y casas de ladrillo, hasta llegar a una casa donde varias gallinas picotean en el patio y ropa recién lavada cuelga de un tendedero, agitándose en la brisa de la mañana.

Allí les recibe Agnes Mukonde. Una semana antes, Agnes había experimentado dolores en las articulaciones, dolores de cabeza y escalofríos. Puesto que ya había padecido paludismo antes, ella estaba familiarizada con los síntomas. Tras someterse a la prueba, el resultado fue positivo.

Afortunadamente, un centro de salud cercano, precisamente el lugar del que partió esa mañana el grupo de seis personas, pudo proporcionarle los medicamentos necesarios y se sintió mejor en pocos días. Ahora sus visitantes están aquí para hacer pruebas a sus hijos y vecinos para averiguar si alguno de ellos se ha infectado.

Las seis personas que visitan a Mukonde son estudiantes que se están capacitando en el marco de un nuevo y ambicioso plan del gobierno de Zambia para hacer más accesibles las pruebas y el tratamiento del paludismo saturando el país con 36 000 trabajadores sanitarios de la comunidad, es decir, un trabajador por cada 500 personas. La estrategia nacional ha recibido el impulso de Partners for a Malaria-Free Zambia, iniciativa fundada y liderada por socios de Rotary y beneficiaria de la primera subvención de 2 millones de dólares de los Programas de Gran Escala de Rotary. Partners for a Malaria-Free Zambia capacitará y equipará a 2500 trabajadores sanitarios de la comunidad en 10 distritos de las provincias Central y Muchinga de Zambia. Mediante una alianza con World Vision U.S. y la Fundación Bill y Melinda Gates, que aportarán cada una otros 2 millones de dólares a la iniciativa, se prevé que el programa reduzca el número de infecciones y disminuya significativamente el número de casos graves y potencialmente mortales.

"Los socios de Rotary deben estar orgullosos de haberse sumado a la lucha contra el paludismo", afirma Lungu, quien preside el comité de ejecución del programa. Ella también asumió el cargo de directora ejecutiva de Malaria Partners Zambia varios meses después de la muerte de su hijo. "Imaginen cuántas vidas salvarán gracias a los trabajadores sanitarios de la comunidad que han contribuido a capacitar y desplegar".

Una trabajadora sanitaria de la comunidad demuestra cómo realiza las pruebas de paludismo a los pacientes.

Cómo y dónde medir el impacto

Partners for a Malaria-Free Zambia ha capacitado a 2500 trabajadores sanitarios de la comunidad. Pero los casos de paludismo en los distritos donde trabajan no están disminuyendo de manera inmediata.

Cuantificar el impacto de la primera subvención multimillonaria de los Programas de Gran Escala de Rotary no es tan sencillo como parece. Aunque el objetivo del programa es reducir significativamente los casos de paludismo en los distritos objetivo, Martha Lungu, presidenta del comité de implementación de Partners for a Malaria-Free Zambia, señala que la detección de casos de paludismo aumentará al principio debido al despliegue de más trabajadores sanitarios de la comunidad sobre el terreno. " Las personas que antes no se habrían desplazado a otro lugar para hacerse la prueba, ahora se someten a la prueba en su localidad", explica. " Se espera que aumenten los casos y que, con el tiempo, disminuyan". Hay otra razón para el aumento, y es que la escasez de kits de pruebas en 2020-2021 hizo que muchos casos de paludismo no fueran detectados el año pasado.

Sin embargo, hay un área en la que Lungu prevé ver un impacto inmediato: la disminución del número de casos graves. El paludismo empeora a medida que se retrasa el tratamiento, y con la presencia de los trabajadores sanitarios de la comunidad, más personas accederán a las pruebas y al tratamiento antes. Lungu dice que los equipos ya están viendo pruebas de ello en los centros de salud, donde la gente solía hacer cola desde las 6 de la mañana para recibir tratamiento contra el paludismo. "El personal de los centros estaba desbordado", dice. "Ya no se ven esas colas". Es un claro indicio del efecto inmediato de Partners for a Malaria-Free Zambia en las comunidades locales.

Entre los aprendices se encuentra Cleopatra Chikanzo, una mujer de 32 años que lleva una camiseta naranja de Rotary/World Vision. Ella ha padecido paludismo y conoce a muchas otras personas de su comunidad que también lo han sufrido. "Quería convertirme en trabajadora sanitaria para mejorar el bienestar de mi comunidad", afirma esta madre de tres hijos.

Con el permiso de Mukonde, los alumnos extraen gotas de sangre de las manos de cada uno de sus cuatro hijos para hacer la prueba en tiras reactivas. Tras activar un cronómetro, esperan quince minutos. Al igual que con la prueba de COVID-19, si aparece una línea, el resultado es negativo; si aparecen dos, este es positivo.

Unas dos semanas antes, uno de los hijos de Mukonde viajó a la provincia de Luapula, en el norte de Zambia. A su vuelta, comenzó a quejarse de escalofríos, pero su madre pensó que el niño solo reaccionaba al clima más fresco de la región. Sin embargo, una vez transcurridos los quince minutos, llegan los resultados: dos líneas para él y para uno de sus hermanos.


De las cinco especies de parásitos causantes del paludismo, la más frecuente en África es la más mortífera. Según la Organización Mundial de la Salud, se calcula que en 2020 se produjeron 241 millones de casos de paludismo en todo el mundo; la región de África albergó el 95 % de esos casos, y el 96 % de las 627 000 muertes provocadas por la enfermedad. En 2020, los niños menores de 5 años representaron aproximadamente el 80 % de todas las muertes por paludismo en la región africana de la OMS.

El paludismo puede evolucionar hacia su forma más grave, y provocar complicaciones como fallos en los órganos y anomalías en la sangre o el cerebro. Pero no tiene por qué ser así. Existen tratamientos contra el paludismo. El problema es hacer llegar las pruebas y los tratamientos a las personas que los necesitan pero que quizá vivan demasiado lejos de un centro de salud para recibirlos, o que ni siquiera son conscientes de que necesitan hacerse las pruebas.

"Créanme, si mi hijo se hubiera hecho la prueba antes de que su caso se complicara, ahora estaría aquí", explica Lungu. "El tratamiento es sencillo y accesible. Está disponible. Solo que él nunca lo supo".

A menudo, los trabajadores sanitarios de la comunidad deben recorrer grandes distancias hasta el centro de salud más cercano. Cuando concluyen su capacitación, reciben bicicletas que les ayudan a desplazarse.

Después de que las pruebas realizadas a los hijos de Mukonde resultaran positivas, los trabajadores sanitarios en formación consultan sus tablas de dosificación. Ellos están en el quinto día del programa de capacitación de seis días financiado por Partners for a Malaria-Free Zambia. Tras su graduación, pasarán seis semanas bajo la supervisión del personal de su centro de salud local antes de empezar a trabajar por su cuenta en sus comunidades. Cada uno recibirá una bicicleta. Esto le será especialmente útil a Chikanzo ya que vive a una hora a pie del centro de salud de su zona y la bicicleta le ayudará a hacer sus rondas.

Después de entregar a los hijos de Mukonde los medicamentos apropiados, los aprendices se acercan a un grupo de sus vecinos que esperan sentados en esteras en un patio situado entre las casas. Dos mujeres cosen felpudos mientras una olla de katapa (hojas de yuca) se cocina en un pequeño brasero de carbón. Chikanzo se sienta en el umbral de una casa y habla con el cabeza de familia. Algunos niños lloran cuando se enteran de que les van a pinchar los dedos para sacarles sangre.

El proceso para realizar las pruebas a las familias es lento y metódico. Mientras los aprendices trabajan, son supervisados por Emmanuel Banda y John Banda, funcionarios sanitarios de Chibombo, distrito de la Provincia Central. Con el tiempo, el distrito contará con 42 trabajadores sanitarios de la comunidad, incluidos Chikanzo y sus compañeros de formación.

Los responsables sanitarios afirman que en los centros médicos de su zona se registran 400 casos de paludismo a la semana. El distrito está situado entre las dos principales ciudades, Lusaka y Kabwe, y es propenso a los brotes de enfermedades porque es una ruta empleada por las personas que se dedican a la agricultura y el comercio. "Cuando los trabajadores sanitarios de la comunidad reciban capacitación, se reducirá el número de personas que acuden al centro de salud, por lo que éste podrá centrarse en otras enfermedades", afirma John Banda. La atención sanitaria en la comunidad también aporta beneficios económicos ya que si la gente puede recibir atención cerca de sus hogares no tendrán que gastar en transporte ni ausentarse del trabajo.


El jefe Chamuka preside el Consejo para la Eliminación del Paludismo en la provincia Central de Zambia. El Consejo está compuesto por un grupo de líderes y expertos gubernamentales, empresariales y religiosos. “Si trabajamos juntos, podremos acabar con el paludismo”, afirma.

En el interior del palacio del jefe Chamuka, un gigantesco trono de cuero con un león gruñendo tallado en su cabecera casi toca el techo. Delante del trono hay una alfombra con la imagen de la bandera de Zambia, y más allá, dispuestas en semicírculos, hay sillas cubiertas de tela con cabezas de cebras, elefantes, leones y otros animales.

El jefe Chamuka, uno de los líderes tradicionales del pueblo lenje de la provincia central de Zambia, preside el Consejo para la Eliminación del Paludismo en la provincia. El Consejo está compuesto por un grupo de líderes y expertos gubernamentales, empresariales y religiosos. Su voz se torna apasionada cuando habla del paludismo al que considera un problema económico de importancia capital para su jefatura rural de 60 000 habitantes.

La erradicación del paludismo depende de la labor del jefe Chamuka y otros líderes tradicionales y personas influyentes ya que ellos pueden contribuir a incrementar la conciencia sobre la enfermedad y las estrategias para derrotarla. "En Zambia, nuestras comunidades respetan mucho a los líderes tradicionales", explica a Rotary. "La gente escucha y acata todo lo que dicen".

Los colaboradores en el programa utilizan anuncios radiofónicos y dramatizaciones para subrayar la importancia de someterse a las pruebas de detección del paludismo cuando aparecen los primeros síntomas. John Hasse, director nacional de World Vision Zambia, dice que ha visto por sí mismo cómo esas dramatizaciones pueden incrementar el involucramiento de las comunidades. "Si queremos cambiar los comportamientos, tenemos que llegar a los corazones y no solo a las mentes”, asegura.

Los trabajadores de la salud ofrecen representaciones sobre el papel que desempeñan los mosquitos en la transmisión de la enfermedad.

Aquí es donde los clubes rotarios pueden desempeñar un papel clave, sugiere Busiku Hamainza, director en ejercicio del Centro Nacional para la Eliminación del Paludismo, perteneciente al Ministerio de Sanidad de Zambia. "En el futuro, el cambio de comportamientos no será considerada una intervención de apoyo, sino una intervención básica", afirma. "Rotary está diseñado de tal manera que el club tiene una relación muy estrecha con la comunidad. Es importante aprovechar esa ventaja para elevar el perfil de [la lucha contra] el paludismo".

Desde el lanzamiento de Partners for a Malaria-Free Zambia hasta el mes de septiembre, los socios de Rotary ya habían aportado más de 30 000 horas de trabajo voluntario. Collins Kachana, enfermero y socio del Club Rotario de Ndola, es uno de esos voluntarios que utiliza su formación médica para ayudar a capacitar a los trabajadores sanitarios. "He visto el paludismo de primera mano", explica. "He visto lo que puede hacer. He visto morir a gente mientras los atendía. Así que cuando ves que se llevan a cabo ciertos proyectos, enseguida te das cuenta de su impacto".


Después de las prácticas sobre el terreno, los trabajadores sanitarios de la comunidad en formación se reúnen en el albergue del consejo de Kapiri Mposhi para su evaluación. En las paredes hay ejemplos de formularios de seguimiento, ilustraciones dibujadas a mano de las etapas de la vida de un mosquito y una lista con los objetivos y expectativas de la capacitación. Cada uno de los cinco equipos que estuvieron sobre el terreno expone con detalle cuántas personas se sometieron a las pruebas y cuántas resultaron positivas. Un instructor cuenta los envases de medicamentos y otros suministros para verificar que coinciden con los registros de los aprendices.

Los socios de Rotary, incluidos el enfermero Collins Kachana, ya han proporcionado más de 30 000 horas de trabajo voluntarios desde el lanzamiento del programa Partners for a Malaria-Free Zambia.

Los trabajadores sanitarios de la comunidad no solo prestan servicios que salvan vidas, sino que los datos que comunican ayudan a los funcionarios sanitarios a comprender en detalle la evolución de la enfermedad. En algunas partes de la provincia meridional de Zambia, no se ha registrado ningún caso de paludismo en tres años. Si los trabajadores sanitarios de la comunidad informaran de un caso, los funcionarios podrían decidir inmediatamente cómo organizar la respuesta pertinente con la esperanza de sofocar la posibilidad de que se extienda.

Saber cuántos medicamentos se han utilizado ayuda a los funcionarios a tomar decisiones sobre cómo reponerlos. Wongani Zulu, especialista en vigilancia del paludismo de Partners for a Malaria-Free Zambia, está desarrollando una aplicación para facilitar el seguimiento de estos productos. Su objetivo es simplificar y estandarizar los informes de modo que los centros puedan ver fácilmente la cantidad que distribuyen cada mes.


Al día siguiente de la conclusión de sus prácticas, los aprendices se congregan para celebrar su graduación. Cuando se pronuncia el nombre de Cleopatra Chikanzo, ella se pone en pie, se dirige al frente de la sala y se inclina ante los funcionarios visitantes, recibe su certificado y posa para una foto. "Estamos muy gradecidos de que hayan traído este programa a nuestras comunidades", dice después. "Estamos muy contentos. Vamos a luchar contra esta enfermedad".

Eso fue en mayo. El último de los 2 500 trabajadores sanitarios capacitados en el marco de la subvención de los Programas de Gran Escala se graduó en septiembre. Ahora el programa ha empezado a generar un gran impacto, ya que los trabajadores circulan entre sus comunidades, hacen pruebas y tratan a sus vecinos, todo ello con la esperanza de diagnosticar el paludismo antes de que los casos se agraven y muera otra persona.

A la cabeza está Martha Lungu, que recuerda a su hijo y se aferra con fuerza a los conocimientos que tanto le costó adquirir: "Sé que el paludismo mata y que se puede curar".

Este artículo fue publicado originalmente en el número de diciembre de 2022 de la revista Rotary.

Un enfoque con cuatro componentes

El programa de Partners for a Malaria-Free Zambia está liderado por Rotary y combate el paludismo mediante la introducción de mejoras en cuatro áreas clave:

  1. Personal: Capacitación y apoyo a 2500 nuevos trabajadores sanitarios de la comunidad para que realicen pruebas y traten el paludismo, así como problemas pulmonares e intestinales

  2. Apoyo: Capacitación de los miembros de los comités de salud vecinales, que promueven y apoyan a los trabajadores sanitarios de la comunidad

  3. Comunicaciones: Aumentar la conciencia sobre las pruebas y el tratamiento del paludismo mediante charlas radiofónicas y representaciones teatrales

  4. Datos: Mejorar las labores de vigilancia epidemiológica y la gestión de los casos de paludismo

Rotary trabaja por un mundo sin paludismo a través del tratamiento y la prevención. Descubre cómo nuestros socios luchan contra esta enfermedad.